Clubes lúdicos: un positivo balance de aprendizaje y relajación. Creados por estudiantes de Comunicación Social – Periodismo

Durante el 2020, una de las actividades de Extensión que permitió a los estudiantes de la Universidad disipar la difícil situación de aislamiento obligatorio, fue la creación de 14 clubes lúdicos, una iniciativa de los representantes del Consejo Estudiantil del programa y de los monitores del programa de Apoyo Académico de la Facultad.

Los clubes tuvieron una masiva participación de estudiantes de todas las carreras. Se ofrecieron espacios de bienestar y actividades lúdicas a los alumnos, en temas que los ayudaron a afrontar el aislamiento y aprovechar mejor la época de cuarentena, en la comodidad de sus hogares.

Este fue el balance de los clubes lúdicos ofrecidos:

CLUB DE LECTURA: 7 SESIONES

Se desarrollaron sesiones de lectura de cuento corto y poesía para compartir sensaciones e ideas en torno a la literatura. La mayoría de análisis se dieron desde tres aspectos: el de figuras literarias, conducido por el docente Samuel Castillo; el contextual y comparativo, conducido por el estudiante Sebastián Gil y el emocional y/o relacional, construido por todos los integrantes del club. Además, se animó a construir y compartir las creaciones literarias de cada uno de los miembros y a construir piezas para concursos distritales; además, se asesoró a otros integrantes con creaciones de largo aliento como novelas y cuentos.

“El club de lectura se caracterizó por ser un espacio ameno y tranquilo en el que los miembros encontraron un lugar de confianza para desarrollar las actividades propias del club, pero construidas luego entre todos. La lectura de cuentos cortos y poesía estuvo acompañada de un análisis que, en principio se planteó con cierta rigurosidad, pero que se tornó ameno, dada la disposición y participación activa de los miembros del club”, asegura el estudiante líder de este espacio, Sebastián Gil.

CHARLEMOS SOBRE: 6 SESIONES

En este club se analizaron productos culturales como: películas, libros, series, cómics, música, cortometrajes, etc. Dentro del grupo se eligieron los contenidos para analizar cada jueves; así, los participantes tenían tiempo para familiarizarse con el tema y hacer la charla más fructífera.

“En el grupo se logró conformar un espacio realmente cómodo para los participantes, donde todos podían opinar y, en algunos casos, esas opiniones sirvieron como una especie de terapia en medio de la coyuntura. Algo interesante fue escoger a una persona diferente para moderar cada sesión; de esa forma el moderador podía compartir un poco sobre ese contenido que le encanta, ponerlo en común con los otros participantes. En definitiva, se construyó un espacio seguro para llevar charlas amenas sobre la ciencia ficción, viajes en el tiempo, problemas familiares y salud mental”, asegura el monitor Kenet Segura.

IMPROVISACIÓN TEATRAL: 5 SESIONES

Con juegos de agilidad mental, respiración profunda en cuatro pasos y con dinámicas grupales de actuación, los estudiantes se divirtieron, se conocieron y pasaron un rato agradable. El club fue un excelente espacio para distraerse durante el aislamiento y para generar bienestar en los asistentes.

Según la estudiante que lideró el espacio, Nicole Peñalver, “el club funcionó, los estudiantes pudieron relajarse y realizar actividades dinámicas para salir de su cotidianidad, además de aprender formas para manejar las emociones, improvisar e interpretar personajes fuera de su realidad”.

CLUB DE LOCUCIÓN Y MANEJO DE LA VOZ: 6 SESIONES

Se desarrolló un espacio para realizar dinámicas de radio, locución comercial y practicar técnica vocal y manejo de la voz. “Se creó un grupo muy ameno; hubo muchas personas interesadas en la locución y el manejo de la voz. Siempre sentimos muy buena energía para realizar las actividades”, dice el estudiante Jairo Orozco, líder del club.

TÓQUESE UNA: 3 SESIONES

Se escogieron canciones por grupos (dúos, tríos, cuartetos, etc.) y se designó a una persona como base de la pista musical para que los demás pudieran grabar su voz o instrumento sobre esta. La elección de canciones fue por consenso del grupo para una duración máxima de 7 minutos.

CINE CLUB: 7 SESIONES

En este espacio se realizaron discusiones y conversaciones en torno a las películas que les gustan a los estudiantes, así como a nuevas recomendaciones y ejes temáticos que obedecen a las siguientes variables: directores, estilos narrativos, recursos narrativos y técnicos, géneros de filmes, actores y actrices.

NIYAMA: 15 SESIONES

Niyama es una palabra que se traduce como ‘observancias’ o ‘prácticas positivas’. Este fue un espacio de relajación en el que se realizaron sesiones guiadas de yoga por medio de Zoom. El club estuvo dirigido a todas aquellas personas que deseaban relajarse en medio de la coyuntura actual y, de paso, aprendieron a equilibrar su cuerpo y alma.

“Se creó un ambiente de relajación y de escucha para entender y comprender qué era lo que querían practicar los estudiantes. Este club fue una ayuda, no solo en la parte emocional, sino también en la parte física, pues muchos estudiantes manifestaban tener dolores corporales (espalda, cuello, piernas, etc.) y al tener estas sesiones de yoga, los dolores y la tensión por la coyuntura disminuían”, asegura Laura Sofía Argüelles Niño, estudiante líder del club.

GGE: 5 SESIONES

Este fue un club cuya intención era reunir a quienes tuvieran algún interés en los videojuegos y necesitaran un espacio para poder jugar junto a otros estudiantes. Se brindó un servidor donde todos se pudieron conectar para jugar y hablar de videojuegos de manera libre.

CUARENTENA A COLOR: 5 SESIONES

Este espacio se creó para potenciar las habilidades artísticas. Con herramientas digitales, como la aplicación de Adobe Illustrator, y actividades manuales como lettering, collage, dibujo, acuarelas y pintura, los estudiantes dieron rienda suelta a la imaginación.

CORTE 20: 5 SESIONES

En este espacio los participantes aprendieron de edición de fotografía y video en distintos softwares de la Suite Creativa de Adobe y aplicaciones para celulares. Fue un club diseñado para ayudar a explotar la creatividad de sus participantes y motivarlos para que pudieran crear piezas audiovisuales para sus diferentes redes sociales.

CLUB DE ESCRITURA CREATIVA: 6 SESIONES

El objetivo del grupo era escribir textos que ayudaran a los estudiantes a desahogarse y liberarse de la realidad que este año los afectó, para luego compartirlos con los integrantes del grupo.

CLASES DE ZUMBA: 5 SESIONES

Este club se creó para despejar la mente por medio del baile. Las clases fueron ofrecidas por Lina María Sanabria, estudiante de la Facultad de Comunicación Social – Periodismo e instructora certificada de Zumba; ella realizó estas actividades didácticamente, para que los estudiantes estuvieran motivados y pudieran librar el estrés.

“El objetivo inicial se cumplió, se interactuó con los diferentes estudiantes que ingresaban a las clases de Zumba, y al pasar el tiempo se fueron soltando más, en un espacio de libertad. El club fue una gran experiencia para muchos de nosotros, tanto para quienes lo organizamos, como para los que participaron en él”, aseguró la estudiante Lina María Sanabria.