«Los robots humanoides dejarán de ser juguetes caros, para convertirse en seres sociales»

Así lo vaticina experto invitado por el LINCIPH. Sostiene que es falso que nos vayan a quitar el trabajo: de hecho, podrán generar más trabajo y facilitar nuestra vida.

Las películas de ciencia ficción, han generado una imagen confusa para el público sobre los robots y su inmersión en la vida humana. Sin embargo, el trabajo con robots humanoides[i] parece tener otras aristas muy relevantes que es importante socializar en entornos académicos y sociales.

El Laboratorio Interdisciplinar de Ciencias y Procesos Humanos (LINCIPH), la línea de investigación Cerebro Social, Ecología y Convivencia del área de Salud, Conocimiento Médico y Sociedad del CIDS, y la Maestría en Neurociencia Social del Externado invitaron a Jairo Pérez-Osorio, psicólogo de la Universidad Nacional de Colombia, magíster en Psicología Neurocognitiva de la Universidad Ludwig-Maximilians de Munich-Alemania y Doctorado en Neurociencias de la misma universidad, para plantear discusiones en torno al trabajo con robots humanoides y, también, sobre el comportamiento social de la especie humana.

Actualmente, Jairo Pérez-Osorio está vinculado al Instituto Italiano de Tecnología, institución que apoya la evolución de la industria hacia las áreas principales de innovación tecnológica y que cuenta con más de 1.700 investigadores e investigadoras con una edad promedio de menos de 35 años.

En el Instituto se adelantan investigaciones con robots humanoides para estudiar, entre otras cosas, el comportamiento humano sin sesgos: “nosotros consideramos que los robots humanoides nos pueden ayudar a trabajar sin sesgos; nos guste o no, cuando hablamos con otra persona tenemos sesgos previos. Ahí es cuando el robot sirve para la investigación” señaló Jairo Pérez-Osorio.

En la misma línea, el experto invitado explicó algunos retos de este trabajo: “en general, hay mucho temor y desconocimiento acerca de los que los robots pueden hacer. Estamos invadidos por noticias que nos dicen todo el tiempo que los robots nos van a cambiar la vida de forma negativa, que nos van a quitar el trabajo. Pero resultados de investigación señalan que no es así. De hecho, generan más trabajo. Nosotros buscamos desarrollar robots que le den una mano a las personas en un futuro, que suplan necesidades como la falta de cuidadores para personas mayores, que reduzcan las horas que una enfermera está en un turno. Al final, robots que ayuden a mejorar la calidad de vida. Para eso, desde mi campo en Neurociencias, el mayor reto es medir el efecto que tiene la interacción con agentes artificiales, ya sean robots o agentes virtuales, en la cognición humana. Con dos objetivos: entender la cognición social en la interacción social y proveer a los ingenieros que diseñan robots para crear agentes que se puedan comunicar efectivamente con la contraparte humana. Aunque todavía estamos lejos de tener robots capaces de interactuar fluidamente con humanos, en Neurociencia social estamos en una carrera buscando comprender a profundidad cómo el cerebro responde ante los robots y hasta qué punto las personas perciben a un robot como un ente intencional”.

Dentro de los estudios y pruebas desarrolladas en el Instituto, informó el investigador, se han realizado, con los robots y humanos, ejercicios de detección de la mirada, reconocimiento de gestos, manipulación de objetos, atención mutua, inferir intenciones y predicción de acciones. Dichas investigaciones han permitido determinar resultados como que el seguimiento de la mirada es muy importante en la interacción social; también que la mirada y las acciones están relacionadas intrínsecamente, de manera predictiva.

El investigador también se refirió al impacto en la interacción social entre humanos cuando tengamos robots más frecuentemente en nuestras vidas. “La introducción de robots en la vida cotidiana va a ser paulatina. Así como está ocurriendo en la Industria 4.0, primero los robots humanoides tendrán tareas simples: ayudar en hospitales, ser tutores, guiar personas en espacios complejos como museos o aeropuertos. Luego, vendrán a ser cuidadores y compañía para las personas mayores, y se desempeñarán en otras tareas las que se requerirá un robot capaz de comunicarse socialmente con humanos. Esto en sí mismo es realmente complicado, pero se ha avanzado mucho en los últimos años. Poco a poco los robots dejarán de ser juguetes caros y se convertirán en seres sociales, pero siempre teniendo claro que se trata de robots. El futuro está abierto y tenemos muchas cosas por descubrir, eso hace muy interesante mi trabajo”.

[i] Los robots humanoides están diseñados para imitar o simular los movimientos de los seres humanos.

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