Sustituir la siembra de coca por cannabis disminuiría la guerra en Colombia

Los candidatos presidenciales coinciden en la importancia de regular la plantación de cannabis en el país para disminuir la violencia de los territorios y potenciar su crecimiento en este nuevo mercado.

El pasado 29 de marzo la Universidad Externado de Colombia fue escenario de un debate en el que la comunidad académica tuvo la oportunidad de escuchar posiciones y propuestas de los aspirantes a la presidencia de la República, siendo las drogas uno de los ejes temáticos principales.

Este encuentro mostró que los cinco candidatos presidenciales que atendieron la invitación del Externado (Ingrid Betancourt, Gustavo Petro, John Milton Rodríguez, Enrique Gómez y Luis Pérez) coinciden en que la mejor forma de luchar contra el narcotráfico es acabar la guerra contra las drogas, proponiendo diferentes alternativas para conseguir este objetivo. Rodríguez sugirió implementar la erradicación mecanizada que permita renovar la tierra para nuevos cultivos, sobre esto señaló que “implicaría un cambio de modelo de negocio que requiere inversión complementaria en vías terciarias, modernización de puertos, entre otros”.

Para Petro la solución a este problema deberá darse a través de “una reforma agraria que permita que el campesino sea propietario de las tierras y de los procesos agroindustriales de sus productos, pues así podría competir con los cultivos de coca”, esto con el fin de promocionar la industrialización del cannabis y su exportación. En este punto coincide Pérez, quien además señala que la sustitución de coca por cannabis le daría una oportunidad de crecimiento al país. “Más de 60 países han empezado a comercializar el cannabis, en Colombia se lograrían 3 millones de nuevos empleos, sacando a los narcotraficantes de la industria”, aseguró.

Por su parte Gómez considera que “los países de grandes consumidores han afectado a Colombia, a su medio ambiente, sus fuerzas militares”, por lo que planteó la necesidad de analizar bilateralmente con Estados Unidos las alternativas de lucha contra las drogas, para acabar con las políticas que afectan el medio ambiente y a poblaciones vulnerables. Esta postura también la comparte Betancourt, quien propuso “un acuerdo regional para fomentar la producción y uso medicinal del cannabis” pues ya se está haciendo en otros países del mundo mientras Colombia está rezagada.

La visión de los candidatos evidencia que el país afronta retos importantes en relación a las políticas de drogas, la industrialización y el fin de la guerra en el campo colombiano. Consiente de estos retos la Facultad de Economía ha publicado diversas investigaciones en las que -desde múltiples ópticas y disciplinas- autores y autoras de la Facultad proponen posibles soluciones a esta fenómeno teniendo en cuenta el entorno económico, político y social del país y la región.

“Luego de seis décadas bajo el signo de la prohibición, el balance de la política de drogas es negativo desde donde se le mire. La sociedad colombiana, por décadas víctima indefensa de la acción deletérea de estas organizaciones criminales, aún padece y contempla a diario la secuela de daños que arrastra el narcotráfico y la lucha que por años ha venido librando el Estado en su contra. Por esto urge la construcción de una nueva política de drogas”, concluyó el docente e investigador Óscar Alfonso, autor del libro Para voltear la hoja: Del moralismo y la criminalización a la industrialización de la coca.