Día Nacional de la memoria y la solidaridad con las víctimas

El 9 de abril, Colombia conmemora el Día nacional de la memoria y la solidaridad con las víctimas.

A lo largo y ancho del país las organizaciones de víctimas y derechos humanos vienen realizando desde hace unos días actos simbólicos, marchas, siembras de árboles, firmas de pactos; acciones que ponen en evidencia la profunda necesidad de un país que está en deuda de reconocer la dolorosa historia vivida por millones de personas que hoy tienen una profunda huella de dolor.  Nuestro país requiere de conocer, reconocer y trabajar de manera colectiva las afectaciones que al interior del tejido social hemos sufrido como sociedad, en ese pacto de civilidad que ha sido transgredido de manera reiterada y continua por más de seis décadas.

El conflicto armado en nuestro país a dejado más de seis millones de personas que han sido desplazadas y despojadas de su tierra y territorio, más de 120.000 personas dadas por desaparecida según el Movimiento de víctimas de crímenes de estado – MOVICE-, sin embargo, las cifras de las instituciones con el Registro Único de víctimas cuentan con 47.000 personas.  Lo mismo sucede con los casos de ejecuciones extrajudiciales, mientras la Justicia Especial para la paz -JEP- reporta los 6000 casos, la fiscalía general tiene un registro que oscila entre 3.000 y 5.000.   En el mismo sentido, el registro de personas desaparecidas cuenta con más de 28.000 casos registrados.  Más allá de un problema estadístico, lo que esto demuestra es una falta de atención frente a una situación que debería ser altamente sensible para la dinámica nacional.   Reconocer los hechos, sus dimensiones y actores son un primer paso para poder actuar frente a las afectaciones que ha dejado el conflicto armado.

El trabajo que han adelantado las organizaciones de víctimas y familiares ha tenido como énfasis el reconocimiento de la memoria y la construcción de la verdad, dos aspectos fundamentales en el camino a la justicia.

Para las ciencias sociales y en particular para el Trabajo Social conocer la afectación del conflicto armado nos implica reconocer la realidad nacional, pensar en el devenir del cumplimiento del acuerdo de paz del 2016 y persistir en la construcción de la paz, la verdad y la justicia social.

Esperamos como gremio continuar con el trabajo por la reparación colectiva, individual, económica y psicosocial con los millones de victimas del país.  Una tarea que nos acompañará a largo plazo, sin duda alguna el trabajo con victimas será un espacio de ejercicio profesional para nuestros trabajadores sociales en formación.

*Escrito por Marysol Rojas Pabón. Docente investigadora Facultad de ciencias sociales y humanas.  Universidad Externado de Colombia.  Ph D.  Estudios Latinoamericanos.  UNAM.  Trabajadora Social.