La reactivación económica no ha logrado hacerle frente a una de las peores crisis de empleo en la región

A pesar de los esfuerzos en reactivación económica durante el 2021, la región no ha logrado recuperarse en materia de empleo. La OIT estima que hay aproximadamente 28 millones de personas buscando empleo.

Tras dos años de pandemia la región aún no logra recuperar en su totalidad la pérdida de empleos ocasionados por la crisis sanitaria. De acuerdo con el último informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) Panorama Laboral de América Latina y el Caribe 2021, la tasa de desempleo para Latinoamérica en 2021 fue de 9,6%, lo que muestra un mejor desempeño del mercado laboral frente a la situación en 2020, cuando la región en promedio alcanzó una tasa de 10,6%. A pesar de este avance, las consecuencias de la pandemia no se han revertido, si se tiene como año de referencia el 2019, la tasa de desocupación del 2021 todavía se encuentra 8 puntos porcentuales por encima.

El escenario es alarmante porque, de un lado, se espera que en el 2022 habrá una desaceleración en el crecimiento económico de los países de la región, de otro lado, la mitad de las personas ocupadas se encuentran en la informalidad. En el 2022 el desempleo del promedio de la región podría ubicarse entre 0,2 o 0,3 puntos porcentuales por debajo de la cifra del 2021. Así, la tasa se mantendría en un nivel superior al 9%.

También resaltan las persistentes brechas laborales, los más afectados son los más vulnerables: las mujeres y los jóvenes. Según la evidencia recopilada del estudio, “en la mayor parte de los países de la región la situación del empleo de las mujeres es proporcionalmente más desfavorable respecto de 2019 que en el caso de los hombres”. Es necesario, entonces que los gobiernos en la región desarrollen estrategias de creación de empleo con un enfoque de género.

Al respecto, la OIT recomienda “crear más y mejores empleos para mujeres y hombres en América Latina y el Caribe, un hecho que puede repercutir en forma frontal sobre un mejoramiento de los indicadores sociales, incluyendo los de pobreza y desigualdad”. 

En este sentido, el informe insiste en que los distintos países de la región tengan una “agenda más amplia de políticas integrales y de gran alcance centrada en las personas y, en particular, en la creación de empleo formal”. De acuerdo con Vinícius Pinheiro, director de la OIT para América Latina y el Caribe, “sin un conjunto de medidas coherentes y de amplio alcance los impactos de la crisis se prolongarán y dejarán profundas cicatrices sociales y laborales por largo plazo”.

De acuerdo con el profesor Jorge Iván González, “la mayoría de las economías de América Latina deben reducir la dependencia de la economía extractiva, que es perjudicial desde el punto de vista ambiental y que, además, es poco intensiva en empleo. Es el momento para impulsar la economía verde, que contribuya a la sostenibilidad climática y que favorezca la industrialización y la modernización del sector agropecuario. En sus palabras, se debería avanzar hacia un keynesianismo verde”.

Ahora bien, respecto al caso colombiano se observa una dinámica de recuperación lenta pero estable que poco a poco alcanza los niveles pre pandemia. Las preocupaciones generales giran en torno a la pausa registrada en la creación de empleo entre los meses de octubre y noviembre, sobre todo en zonas rurales y cabeceras intermedias, así como en la problemática estructural de la informalidad. Además, la tasa de desempleo sigue siendo de dos cifras, lo que contribuye a exacerbar las desigualdades debido a que los principales afectados durante la crisis fueron precisamente los jóvenes y las mujeres de estratos sociales más bajos.

Finalmente, los indicadores tanto de vacantes como de aumentos de personal muestran un comportamiento positivo, tanto así, que el índice de vacantes se encuentra 50 puntos porcentuales por arriba de los niveles pre pandemia, lo cual muestra señales de recuperación de la demanda laboral colombiana.

Sin embargo, este proceso de recuperación no es homogéneo para todos los sectores de la economía colombiana. Según estimaciones realizadas por el Grupo de Análisis del Mercado Laboral (Gamla), el sector que más perdió empleos, debido a su naturaleza misma, fue el sector de comercio y alojamiento con más de 1,3 millones de empleos perdidos en su totalidad.