Turismo: el tren bala del gobierno de Petro

Las locomotoras del desarrollo de cada uno de los gobiernos nacionales electos son claramente caracterizadas por las tendencias del desarrollo a nivel mundial.


Autor: Daniel Calderón Ramírez, docente investigador de la Facultad de Administración de Empresas Turísticas y Hoteleras, UEC. daniel.calderon@uexternado.edu.co

En el caso del presidente electo Gustavo Petro, quien visitó la Universidad Externado de Colombia el martes 26 de julio y se dirigió a la comunidad externadista en una de las pocas intervenciones que ha realizado en público desde que fue elegido, las turbinas que impulsarán el desarrollo económico durante su período de gobierno apuntan a la paulatina independencia del uso de combustibles fósiles. Necesaria y apremiante estrategia de desarrollo para continuar con la vida en el planeta, como él claramente lo afirmó.

El presidente electo dentro de su intervención dedicó algunos minutos para referirse al turismo como una de las estrategias contempladas en su plan de desarrollo, aludiendo que dicho sector será uno de los motores de la economía del país, el cual, deberá cuadruplicar el número de visitantes y turistas para alcanzar los propósitos esperados. Es decir, aclaró Gustavo Petro, sí actualmente se tiene un registro aproximado de casi cinco millones de visitantes al año, la meta será pasar a los veinte millones de visitantes. Tal vez esta es una de las metas más ambiciosas que se ha podido proponer un gobierno que ve con esperanzas las posibilidades de un crecimiento turístico, principalmente, especializado y no masificado como lo han podido mostrar las tendencias en los últimos dos años.

Dichas esperanzas se basan en el capital social, cultural y natural del país, el cual, empieza a ser atractivo para una demanda creciente de visitantes y turistas extranjeros que buscan experiencias originales alrededor de actividades en la naturaleza y con la naturaleza, junto a un elevado interés hacia el intercambio cultural junto a culturas autóctonas y exóticas que evidencian el patrimonio cultural materia e inmaterial nacional. Adicionalmente, el caribe, incluyendo el colombiano, empieza a ser la alternativa del turismo de sol y playa que ansían viajeros europeos, quienes actualmente escapan de las altas e incómodas temperaturas del verano que destinos turísticos mediterráneos presentan.

De esta manera, para alcanzar el desarrollo del sector turístico, Gustavo Petro se refirió a la necesidad de lograr la paz en aquellos lugares que son ricos en su biodiversidad y cultura, así como, alcanzar la igualdad social en cuanto al acceso a necesidades básicas de aquellos destinos turísticos que reciben cientos de visitantes y turistas, pero en donde su población local no tiene acceso a saneamiento básico, o, no se logran gestionar correctamente los residuos sólidos que se generan y deja el turismo. Así mismo, el desarrollo de infraestructura y alcanzar la justicia ambiental, son algunos de los elementos que el electo mandatorio hizo referencia.

Además de la sostenibilidad del turismo que es claramente perseguida en la actual Política de Turismo Sostenible y las cientos de propuestas de planificación turística, la gestión del turismo y especialmente el de naturaleza requiere de estrategias contundentes de ordenamiento y planeación territorial que reconozca a los destinos turísticos como espacios de concertación entre las diferentes visiones y necesidades de la población local, en donde se deben alinear interés y desencuentros entre las diferentes percepciones alrededor del turismo. Al mismo tiempo, tener la claridad del turismo como actividad estacionaria, principalmente para los prestadores de servicios locales, en donde además juegan factores como la impredecibilidad de un sistema turístico complejo en donde cualquier detonante como una pandemia o la variabilidad climática del cambio climático puede echar abajo cualquier esfuerzo realizado.

Alienar intereses de conservación y desarrollo turístico entre entidades como Parques Nacionales Naturales de Colombia, el Viceministerio de Turismo, el Ministerio de Cultura, las entidades territoriales que incluyen zonas de resguardo indígena, áreas protegidas o reservas campesinas son también aspectos que deberían tratarse, de forma tal, que los destinos turísticos de naturaleza puedan ser espacios de concesos y no de exclusión o marginación. Esto principalmente en países como Colombia en donde diferentes intereses por parte de la diversidad y complejidad social no permiten trazar una agenda conjunta.

Otro aspecto importante es el capital social alrededor del manejo de recursos de uso común en el turismo como lo pueden llegar a ser destinos como el Parque Nacional Natural El Cocuy, el Desierto de la Tatacoa o la Represa de Prado Tolima, en donde son necesarios acuerdos entre los prestadores de servicios turísticos para no caer en la conocida Tragedia de los Bienes Comunes que le espera a los recursos que caen en manos de usuarios que no logran ponerse de acuerdo en la gestión y manejo de la sostenibilidad. Por lo tanto, la confianza, reciprocidad y cooperación, elementos del capital social son indispensables desarrollar alrededor de cualquier iniciativa de turismo que contempla múltiples usuarios que buscan maximizar sus beneficios en detrimento de la sostenibilidad del destino y aumento de la competitividad.

En definitiva, esperamos que el turismo sea abordado de forma responsable y sostenible y que logre ser un motor de desarrollo endógeno y sostenible para muchos de los territorios colombianos, cumpliendo con las expectativas de desarrollo del gobierno de Gustavo Petro, al mismo tiempo que se alcanza la anhelada paz y justicia ambiental que tanto necesitamos para que pueda desarrollarse el turismo de la forma esperada.