Retos de los sitios de patrimonio mundial frente al turismo

Para el experto Juan Luis Isaza, la distinción que se otorga a los lugares declarados Patrimonio Mundial, debe contribuir a la calidad de vida de los habitantes del lugar y, del mismo modo, debe llevar hacia un turismo responsable y sostenible para la preservación de estos espacios.

Colombia es, sin duda, un destino turístico con grandes atractivos, debido a su biodiversidad, su cultura y sus diferentes tipos de clima. Varios lugares del país han sido declarados Patrimonio mundial y esta situación implica grandes restos que vale la pena poner sobre la mesa.

La Facultad de Administración de Empresas Turísticas y Hoteleras llevó a cabo un panel de discusión en el que, de la mano de expertos en la materia, se analizaron algunos de los retos para el turismo en los lugares declarados Patrimonio mundial. Se expusieron los casos del Parque Nacional Natural Katíos, Santuario Malpelo, Parque Nacional Chiribiquete, Centro Histórico de Mompox, Parque Arqueológico de San Agustín y la gentrificación del Centro Histórico Cartagena de Indias.

Para Julia Miranda, exdirectora de Parques Nacionales Naturales, estos sitios tienen un valor excepcional universal al pertenecer a todos los pueblos del mundo, y por consiguiente deben ser preservados para las generaciones futuras. Los atributos excepcionales, propios de los lugares declarados como Patrimonio mundial, atraen millones de turistas. Se debe pensar entonces en una estrategia de turismo sostenible que involucre gobiernos, administradores y turistas.

En este contexto, Miranda contó que la UNESCO lanzó una nueva plataforma “Viajes del Patrimonio Mundial” para promover el turismo sostenible en la Unión Europea. Esto representa grandes retos como que cada país tenga una política turística inspirada en los objetivos de conservación y preservación de los valores excepcionales. Evaluar hasta dónde puede haber adecuaciones de los lugares que son Patrimonio y tener información y capacitación sobre la Convención de Patrimonio Mundial, sobre el Centro de Patrimonio Mundial y los Comités Nacionales de Patrimonio Mundial.

De otro lado, Juan Luis Isaza, director Académico del Posgrado Internacional en Patrimonio y Turismo Cultural dictado por Universidad Nacional de Tres de Febrero de Buenos Aires, Argentina, discutió algunos de los instrumentos legales internacionales que existen para la protección del Patrimonio Cultural. Primero, la Convención para la protección de los bienes culturales en caso de conflicto armado de 1954 y sus dos protocolos. Luego, la Convención sobre las medidas que deben adoptarse para prohibir e impedir la importación y exportación y la transferencia de propiedad ilícita de bienes culturales de 1970; también la Convención para la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural de 1972; la Convención sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático de 2001; la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de 2003 y la Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales de 2005.

Para Isaza, la distinción que se otorga a los lugares declarados Patrimonio mundial, debe contribuir a la calidad de vida de los habitantes del lugar y, del mismo modo, debe llevar hacia un turismo responsable y sostenible para la preservación de estos espacios.