En nuestro espacio académico nos hemos contagiado ¡Sí!, pero de valores humanos, éticos y de convivencia social.

Los espacios académicos y de aprendizaje se convierten en una instancia clave para contagiarnos de valores humanos y éticos y por consiguiente, apoyar nuestro ethos o forjamiento de carácter y manera de ser, que nos disponga y aumente la posibilidad de ser felices y de conseguir una vida buena en comunidad (Camps, 2019; Cortina 2013). Pero ¿cuáles son esos valores éticos y cómo podrían identificarse en los espacios académicos?

Actualmente, es imprescindible reflexionar sobre la importancia de educar para comprender que la vida buena no es la de acumular bienes sino la que se vive con calidad, sabiduría moral, sentido de justicia y compasión (Cortina, 2021), pero lograr esta comprensión requiere de conocimientos y experiencias que se adquieren a lo largo de la vida y en diferentes instancias. El aula es una de ellas. Siendo así, los ejercicios, debates, reflexiones, proyectos, etc., de cualquier disciplina y realizados por los estudiantes dentro de los espacios académicos deberían contemplar, de manera transversal, la autorreflexión y reflexión colectiva de uno o varios valores humanos, éticos y de convivencia social.

En el primer semestre de 2021, los estudiantes del espacio académico de Ética y Competencias Ciudadanas desarrollaron un proyecto en común basado en la autorreflexión, el diálogo, el entendimiento mutuo y el reconocimiento recíproco. El objetivo del proyecto consistió, primero, en reconocer al “otro” compañero de clase, e identificar y reflexionar sobre las fortalezas y debilidades colectivas e individuales, que permitían o no, un entendimiento comprensivo, amable y compasivo dentro del aula.

En la segunda etapa y con los resultados del primer momento, los estudiantes, de manera grupal y en colectivo entablaron un diálogo y formularon una declaración de valores éticos y humanos que debían orientar sus emociones, pensamientos y comportamientos con el fin de ser mas justos, más humanos, y mejores compañeros, amigos, ciudadanos y profesionales.

Es así como la ética acompañó el proceso de aprendizaje y valores como la empatía, el diálogo, la solidaridad y la cooperación fueron protagonistas en el intercambio de ideas y en las propuestas. Como resultado final, los estudiantes presentaron una “Declaración” con los valores que los han contagiado y que ellos mismos consideran que orientarán sus comportamientos en diferentes ámbitos de sus vidas. Desde luego, se trata de ir más allá de una presentación gráfica, la cual no deja de ser importante, pero mas que nada, se trata de intentar revolver algo dentro de los estudiantes que apoye el forjamiento de su ethos -carácter- y aumente sus probabilidades de conseguir una vida buena en comunidad.

Luisa Tribiño
Docente de la Facultad de Administración de Empresas Turísticas y Hoteleras


  • Camps, V. (2019). La búsqueda de la felicidad. Arpa.
  • Cortina, A. (2013). Para qué sirve realmente la ética. Paidós.
  • Cortina, A. (2021). Palabras en artículo REFLEXIONES SOBRE (OTRA) LEY DE EDUCACIÓN. Adela Cortina y Federico Mayor Zaragoza dialogan sobre la situación actual y futura de nuestro sistema educativo de Luis Meyer en Ethic. Recuperado dehttps://ethic.es/2021/04/reflexiones-sobre-otra-ley-de-educacion-sin-consenso/