Wilson Ibáñez, un claro ejemplo de visión y perseverancia

Afirmar que quien lo cree, lo crea, va mucho más allá de una frase común. A diario se conocen conmovedores ejemplos y testimonios de personas resilientes que sin importar cuál haya sido su origen o condición económica, hoy pueden asegurar que elaborar un equivalente mental de lo que se quiere ver, sentir o disfrutar internamente, para después materializarlo, sí es posible.

De eso es fiel testigo Wilson Ibáñez, profesional en Finanzas y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia, quien encontró en el pensamiento liberal de la institución y el pénsum interdisciplinario de la Facultad los principales atractivos para iniciar esta relación académica.

A lo anterior se sumaron otros atributos que también tuvieron un peso importante en su decisión, como la calidad, la disciplina y la exigencia que caracterizan a esta alma máter y que son principios de excelencia; muchos egresados conocidos, incluso el padre de Wilson, fueron prueba de ello. Además, era el único programa de finanzas y relaciones internacionales con esa configuración curricular en América Latina, un aspecto que le pareció diferenciador y que seguro lo pondría como egresado en un nivel de privilegio en el entorno profesional. No estaba equivocado.

“La estructuración de un pensamiento bajo una metodología cartesiana me ayudó siempre a organizar mis ideas, mi plan de trabajo, mis prioridades, a identificar lo importante, aquello que era de alto impacto, a resolver un problema, una situación o desarrollar un proyecto o incluso una idea de negocio. A lo largo de la carrera fueron apareciendo herramientas que al principio no parecían afines, pero una vez se iban engranando mostraban su interconexión para otorgarnos a los egresados unas bases robustas a nivel financiero, administrativo, legal, económico y del entorno nacional e internacional para salir al mundo empresarial con unas posibilidades de éxito mayores en aquel negocio, emprendimiento o empresa que quisiéramos gestar”, recuerda Ibáñez.

Hoy, siendo fundador y CEO de Arquib –una organización que asesora de manera integral a los emprendimientos en su etapa temprana–, enfatiza que no cree que exista una educación para ser empleado y que varios de sus profesores fueron fuente de inspiración “Cuando todos estos elementos suman en ti, los miedos se mitigan y la persona se anima a dar esos primeros pasos hacia el emprendimiento”, sostiene Wilson.

Así mismo, asegura que deben entender que no todo se consigue en el mundo digital, en un curso virtual, en redes sociales e incluso por medio de métodos autodidactas, pues para Ibáñez solo con esos canales aún se está lejos de un conocimiento profundo y acorde que dé sostenibilidad a los negocios en etapas tempranas, por lo que los invita a investigar a través de un método formal, a interiorizar cada frase, cada lectura, cada cátedra o comentario de sus profesores.

A quienes hoy inician sus carreras, este externadista les recomienda aplicar el que denomina ‘el efecto esponja’, a través del cual los jóvenes deben tratar de absorber la mayor cantidad de información y conocimiento en el menor tiempo posible, y guardarlo en un disco duro mental porque seguro en algún momento en esa curva de emprendimiento lo necesitarán.