El día sin carro: Una apuesta a largo plazo

Aunque se trata de un día disruptivo en el que más de millón y medio de automóviles dejan de circular en Bogotá, el objetivo debe ser generar estrategias a largo plazo que favorezcan la transición hacia una movilidad sostenible.

Los objetivos del día sin carro son bastante claros. Desde una perspectiva, se busca hacer un llamado de atención a la ciudadanía para que adquiera hábitos de vida más saludables al fomentar medios de transporte alternativos como la bicicleta. Desde otra perspectiva, es un evidente esfuerzo por intentar mitigar los efectos del cambio climático al reducir, así sea por un día, los gases efecto invernadero que diariamente se emiten en una ciudad como Bogotá.

Para Herman Amaya, docente de la Maestría en Gobierno y Políticas Públicas de la Universidad Externado de Colombia y, experto en desarrollo territorial, aunque el día sin carro presenta traumatismos y múltiples problemáticas en la ciudad, en la medida que el Distrito no controla todas las variables, también es cierto que es un día en el que se puede generar un punto de inflexión en la manera en que millones de bogotanos se transportan diariamente. Sin embargo, el objetivo es lograr que estas iniciativas se conviertan en apuestas de largo plazo para que efectivamente tengan un impacto sobre la salud, el bienestar, la movilidad y el medio ambiente.

En primer lugar, la ciudad debe garantizar que efectivamente existe la infraestructura necesaria para que los ciudadanos escojan la bicicleta como principal medio de transporte; contar con una red de ciclo rutas que esté integrada con el diseño urbano de la ciudad es fundamental. Ejemplos de ciudades en donde esto ocurre son Ámsterdam y Curitiba, en donde a diferencia de Bogotá, las vías principales cuentan con una ciclo ruta de doble vía cómoda y segura para los usuarios. Asimismo, se requiere un mayor esfuerzo por parte de las entidades públicas y privadas para que empleados y trabajadores hagan de la bicicleta una práctica recurrente.

En segundo lugar, para mitigar realmente el cambio climático se requiere pensar en cómo la ciudad va a hacer una transición hacia el uso de energías renovables y cómo, los ciudadanos van a reducir sus emisiones de gases que generan efecto invernadero. Aunque el objetivo, es reducir las emisiones que diariamente se realizan desde los automóviles privados, la ciudad debe contar con la infraestructura necesaria para que los ciudadanos o bien, utilicen medios como la bicicleta, o bien, utilicen de manera sistemática el transporte público. Para esto, debe existir un sistema de transporte público, conectado, seguro y eficiente en el que los usuarios se sientan cómodos y tranquilos de utilizar en lugar de su transporte privado.

Por lo anterior, es necesario que al formular Políticas Públicas para la ciudad que busquen mejorar el bienestar de los ciudadanos, la movilidad sea un componente esencial de estas. Ciertamente, aunque puede ser un desafío formular estrategias de desarrollo territorial que contemplen estos aspectos, es necesario entender las tensiones y las problemáticas que actualmente existen en materia de movilidad, para así diseñar estrategias efectivas que logren estimular tanto el uso de la bicicleta como del transporte público.

Ante este desafío, la Maestría en Gobierno y Políticas Públicas ofrece distintas herramientas para la formulación de Políticas Públicas que permiten reflexionar sobre este tema, tanto en términos de planeación para el desarrollo como, en temas de gobernanza territorial y el rol que deben asumir los gobernantes y tomadores de decisión para enfrentar los problemas complejos que impactan diariamente a millones de ciudadanos.