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¿Decadencia europea?

Con prólogo de Mario Vargas Llosa, “La idea de Europa”, del reconocido filósofo y crítico francés George Steiner, es una obra que cuestiona página a página el sentirse europeo en un mundo que, al parecer, ya no necesita del viejo continente.

Steiner reconoce que Europa se ha idealizado, y que en la actualidad se encuentra en franco descenso. Los países que la conforman lo saben. “Después del apogeo, sobrevendrá inevitablemente, la ruina, la soledad y la desesperación, o eso es lo que creen los propios europeos desde hace décadas, esperándolo, al parecer, con las manos cruzadas”, dice el autor. El fatalismo por los odios étnicos, el despertar del antisemitismo, el exacerbado nacionalismo, son algunos de los escenarios que, de forma sutil pero consistente, se registran en la actualidad.

El filósofo francés observa la evolución europea en cinco axiomas. El primero de ellos son los cafés y las tabernas, donde el europeo ha observado, por medio de los siglos, los cambios comportamentales de los ciudadanos, su ámbito sociológico. El segundo es la geografía, en un continente tan pequeño, el clima “interno” y el temperamento europeo, son fácilmente reconocibles por todos los habitantes. El tercero son los paisajes y las ciudades, cuyos nombres corresponden a sus héroes, como recordando mejores tiempos, situación que no ocurre en otros continentes, o no tan frecuentemente. El cuarto axioma resulta ser la ascendencia de Atenas y Jerusalén. La historia del continente parte de allí, de sus creencias y adversidades. El último es la tribulación, una especie de amargura por la quietud europea.

“¡Hay que retener a los europeos!”, grita George Steiner. Los grandes cerebros (científicos y humanistas talentosos) buscan mejores oportunidades en los Estados Unidos. Así, el autor se pregunta: “Si Europa no puede ofrecer crecimiento profesional, intelectual y hasta espiritual a sus ciudadanos, ¿qué pueden esperar entonces los inmigrantes asiáticos y latinoamericanos?”

“La idea de Europa”, que comienza con un cierto optimismo, con una postura de lo milagroso que es ser europeo en el mundo, termina con un halo de fatalismo y desesperanza. Culpa al cristianismo como principal causa de la separación del territorio, de la persecución de lenguas, de la deshumanización de sus habitantes, incluso más allá de la decadencia de las religiones. El ascenso del agnosticismo hace que Europa sea más tolerante, pero también más alejada de otros continentes.

Aunque breve, “La idea de Europa” es una obra lúcida, que advierte sobre el estado actual de la hegemonía social y económica del continente, envejecido por las transformaciones vertiginosas de América, de Asía, incluso de algunos países oceánicos. Un libro que nos hace preguntar ¿es real la decadencia europea?

*Reseña elaborada por Hellman Pardo, funcionario de la Biblioteca.