Una hermandad que desarrolla las capacidades de la mujer externadista

“Yo no vine aquí a cargarle nada a nadie”, esa era la frase favorita de María Fernanda Bastidas durante su etapa de novata en la Tuna femenina externadista, cuando debía llevar la guitarra de una de sus compañeras o limpiar varios instrumentos musicales como parte de su entrenamiento.

Así lo recuerda de manera jocosa, esta egresada del programa de Conservación y Restauración de Bienes Muebles, de la Universidad Externado de Colombia, quien comprendió que el valor del trabajo en equipo es uno de los pilares del grupo cultural e, incluso, que ser una de sus integrantes supone un proceso de aprendizaje continuo en distintos campos.

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