Patrimonio cultural y conflicto: exploración de un lugar de memoria y reconstrucción del tejido social en Puerto Torres, Caquetá

El Grupo de estudio “Patrimonio y Conflicto” de la Facultad de Estudios del Patrimonio Cultural, participó en proceso de acompañamiento del Museo de Caquetá en favor de la construcción de un guión curatorial para la reflexión sobre un lugar de memoria en Puerto Torres.

El grupo conformado por Carlos González, Catalina Bateman, Ana Carolina Guatame, María Alejandra Sánchez y Daniela Bobadilla docentes y estudiantes de los programas de Arqueología, Conservación y restauración de Patrimonio Cultural Mueble y Museología presentaron, el pasado 23 de noviembre, los avances de los resultados obtenidos durante el proceso de acompañamiento al Museo del Caquetá.

En Puerto Torres, municipio de Belén de los Andaquíes, Caquetá a comienzos de la década del 2000 se instaló el Bloque Sur Andaquíes de las Autodefensas Unidas de Colombia. El propósito de la ocupación fue la consolidación de un centro de entrenamiento paramilitar en donde ocurrieron múltiples delitos y violaciones de derechos humanos, entre los que se encuentra la desaparición forzada, la tortura y la violencia sexual.

Después de la desmovilización paramilitar ocurrida con la Ley de Justicia y Paz que entró en vigor en 2005, el corregimiento de Puerto Torres quedó convertido en un lugar fantasma, siendo sus calles, construcciones y paisajes los pocos testigos de lo que allí sucedió. Aproximadamente desde el año 2008, algunos pobladores han retornado a sus antiguos lugares de habitación con el deseo de rehacer los proyectos de vida existentes antes del recrudecimiento del conflicto armado. Este retorno ha implicado la reapropiación y resignificación de los espacios que les fueron arrebatados, así como el establecimiento de una relación de solidaridad y conduelo con las víctimas allí fallecidas y sus familiares.

El proyecto “Reconstrucción del tejido social: exploración y acción participativa del patrimonio cultural con la comunidad de Puerto Torres, Caquetá” fue ganador de la convocatoria de estímulos del Ministerio de Cultura, 2018. El acompañamiento consistió en la implementación de metodologías participativas para la formulación de una propuesta conceptual y formal sobre las expectativas para la construcción de lugar de memoria, que permita reconstruir la historia de la comunidad, narrar el impacto del conflicto armado, y contribuir a la reconstrucción del tejido social y a la construcción de una nueva historia para la región y sus habitantes.

En el proyecto se avanzó en la búsqueda y sistematización de propuestas internacionales y nacionales realizadas en materia de memoria en períodos de posconflicto, analizando de manera particular cómo estas iniciativas han incluido la perspectiva territorial, su formulación, desarrollo y el tipo de memoria que transmiten. Se encontraron iniciativas reconocidas bajo la acción participativa patrimonial en las que la recuperación de tradiciones culturales de comunidades, el valor de alimentos ancestrales en el territorio, son ejemplos que permiten visualizar los contrastes en cada lugar, aspecto que pluraliza e incluye múltiples propuestas en torno a la reparación simbólica.

Este proyecto generó espacios de intercambios de experiencias en los que participaron la Unidad para las Víctimas, la Corporación Blumont Internacional, el Museo del Caquetá, docentes y estudiantes de la Facultad de Estudios del Patrimonio Cultural del Externado; se realizaron encuentros con la comunidad de Puerto Torres, autoridades locales y organizaciones no gubernamentales que han sido socios clave para el desarrollo del mismo.

Se realizaron además dos talleres con la comunidad de Puerto Torres. El primero enfocado en explorar las dimensiones de la memoria, el territorio y sus habitantes mediante el reconocimiento de elementos significativos que permitieron la reconstrucción de una cartografía social (croquiz, identificación y dialogo). El segundo centrado en la elaboración de «maquetas» que permitieron representar la idea de un espacio de memoria considerando los determinantes y condicionantes del entorno cultural y medio ambiental. Se espera que la construcción del lugar de memoria sea, una vez discutida, apoyada por autoridades locales y se inscriba en el proceso de reparación colectiva que está siendo concertado junto con la Unidad para las Víctimas.