“Los bogotanos deben hacer parte del desarrollo de la ciudad con una participación que genere valor y capital social”

El Observatorio de Sociedad, Gobierno y Tecnologías de Información del Externado y la Veeduría Distrital discutieron, durante tres días, sobre la “Nueva Normalidad, Ciudad y Ciudadanía”.

En este foro se analizaron los resultados de la encuesta: “¿Cómo los Ciudadanos ven a Bogotá ante la nueva realidad?” aplicada a la ciudadanía en los meses de octubre y noviembre de 2020.

Conozca los resultados de la encuesta AQUÍ

Marco Peres, director del Observatorio, sostuvo que esta encuesta buscó exponer y entender los retos ambientales, económicos y sociales que enfrentarán la ciudad de Bogotá y la ciudadanía que la compone, en el periodo post-pandemia y en la denominada ‘Nueva Normalidad’.

“En Bogotá los ciudadanos no son protagonistas, ni antes, durante, ni después de la pandemia; el ciudadano capitalino no aporta en la solución de los asuntos públicos ni de ciudad. (…) En la ciudad no hay actores que creen valor y capital. Hay un inconformismo generalizado con la labor de los estamentos del Estado, pero así mismo no hay intervenciones ciudadanas para el mejoramiento de la gestión”.

Por su parte Guillermo Rivera, Veedor Distrital, insistió en que “esta encuesta tiene el único objetivo de crear una ciudadanía que entienda los desafíos y los retos que traerá consigo esta pandemia, para vivir mejor en nuestra ciudad”.

Y agregó: “el reto que trae consigo el desarrollo de ciudades inteligentes y la mejoría de la calidad de vida de los bogotanos, nos lleva a pensar el futuro enfocado en el medio ambiente, la economía, el transporte y la sociedad en su conjunto”.

Dentro de las conclusiones más importantes de esta encuesta, se destaca que desafortunadamente los administradores llegan a los cargos y no saben de ciudad porque, precisamente, los estudios sobre el desarrollo de ciudades son muy precarios.

“Se necesita estudiar de manera continua la ciudad, para que cuando llegue ese administrador, tenga una actuación más pertinente y desarrolle lo que la ciudad necesita”.

De igual forma, se hizo énfasis en el mejoramiento de la descentralización de la ciudad, y sobre este particular surgió la propuesta de ampliar la delimitación de Bogotá de 20 a 30 localidades, lo cual permitiría simplificar y mejorar la calidad de los procesos.

Por último, se insistió en el control ciudadano hacia la administración pública, lo cual resulta ser un ejercicio invaluable para mantener el avance de la capital del país.