Estampas del rector y de algunos maestros

Uno de sus alumnos, Enrique Caballero Escovar retrató así al rector Diego Mendoza Pérez: 

“Yo le conocí ya anciano, tras el peluche doctrinariamente escarlata de la mesa rectoral, con un reloj de arena en frente, para medir el tiempo de los temidos exámenes y una manta de lana boyacense sobre las rodillas. De plata el inmenso bigote, negro el traje, inquisitivos los ojillos tras los inmensos cristales… Más que un abogado profundo, más que un publicista polémico y más que un arrogante diplomático de combate, todo lo cual había sido en sus tiempos, hacía pensar en esos santos de las leyendas nórdicas que reparten juguetes en trineo a los niños formales”.

Un aviso desatendido.


“El doctor Mendoza no atiende en su casa de habitación asuntos de los estudiantes, los recibe en el Externado”.

Este aviso puesto en el portón de la residencia del rector, poco habla de lo que fue, según muchos testimonios, su empatía con los jóvenes matriculados en el Externado. Se sabe que el perentorio aviso era desatendido con frecuencia.

 

Un profesor con mucho ‘rating’.


El ambiente de avanzada y la reconocida calidad de los maestros de la época reafirmaron el prestigio del Externado de Colombia, o el Externado de Derecho, como se lo conoció durante mucho tiempo, entre los jóvenes del momento. Algunas cátedras, como la de Pruebas Judiciales, regentada por el profesor Isaías Castro Vélez, se dictaba en salones abarrotados, según el testimonio de uno de los “colados”, estudiante del Colegio del Rosario. Se llamaba Antonio Rocha Alvira y, con el paso de los años, fue no solo rector de su universidad, sino miembro del Consejo Directivo del Externado, y profesor, por décadas, de Pruebas Judiciales.

“…Isaías Castro Vélez, dictaba Procedimiento judicial, a la seis de la tarde. Llevaba dos cajetillas de cigarrillos “Pectorales” negros, y la clase concluía cuando se los había fumado, dos horas después aproximadamente… En el Externado había unos 200 alumnos. Nos turnábamos los 5 salones”.

Luis Ángel Tofiño, alumno de la época.