Importancia de la Conmemoración del Día Internacional por la No violencia hacia las mujeres y los 16 días de activismo contra la violencia de género

Durante el primer encuentro feminista Latinoamericano y del Caribe realizado en 1981 en la ciudad de Bogotá, se propuso extraoficialmente que el 25 de noviembre se conmemoraría la no violencia contra la mujer y se honraría la memoria de las hermanas Mirabal. En virtud de esta decisión, y gracias al accionar de las activistas feministas en América Latina y en el mundo, en 1999 la Organización de las Naciones Unidas estableció, reconoció y declaró el 25 de noviembre como el Día Internacional de la No Violencia hacia las Mujeres.

Al mismo tiempo que la ONU reconoce internacionalmente la fecha, también invita a los gobiernos, a las organizaciones internacionales y a las organizaciones no gubernamentales a la puesta en práctica de estrategias de planeación que sensibilicen a la comunidad civil sobre las diversas formas de violencia contra las mujeres.

Posteriormente, en 1993 se emite la resolución 48-104 que contiene la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer. Esta declaración es fundamental en la lucha por la reivindicación de la mujer porque en ella se reconoce, entre otros aspectos, que las violencias en contra de las mujeres constituyen una violación de los derechos humanos. En consecuencia se hace necesaria la aplicación universal de los derechos humanos a las mujeres.

Este último reconocimiento es también el resultado de otra campaña que se viene gestando desde 1991 y que acompaña la conmemoración del 25 de noviembre: La campaña de los 16 días de activismo contra la violencia de género. Esta campaña es un movimiento global impulsado por Global Leadership Institute que reúne a diversos grupos de activistas por la lucha de la eliminación de las diversas formas de violencia contra la mujer. La campaña de los 16 Días, que inicia el 25 de noviembre y culmina el 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos; exalta y promueve los derechos humanos de las mujeres y exige a los gobiernos medidas eficaces para prevenir y eliminar la violencia de género, así como para garantizar el derecho a una vida libre de violencias.

Durante los 16 días los diversos grupos feministas y activistas realizan jornadas, actividades y estrategias de concientización y sensibilización sobre las violencias de género, sus implicaciones y las diversas formas en las que es posible aportar académica como cotidianamente para su prevención. Las formas más comunes de violencia en contra de las mujeres son las siguientes: violencia sexual, acoso sexual, violencia física, violencia psicológica, violencia económica, violencia en el espacio público, matrimonio infantil, violencia de pareja, feminicidios, entre otras. Este tipo de violencias pueden ser expresadas en diversos contextos sean públicos o privados; son consideradas formas estructurales y sistemáticas de ejercer violencia contra las mujeres y las niñas.

Para el 2021 y el 2022 la campaña de los 16 Días gira en torno a la necesidad de la eliminación del feminicidio en todo el mundo, pues esta es considerada la forma más letal de violencia en contra de las mujeres. La campaña también enfoca sus actividades en poblaciones particularmente vulnerables a la violencia de género: las mujeres negras, las mujeres indígenas, las mujeres con condición de discapacidad y las mujeres trabajadoras formales e informales.

Según cifras de la ONU, America Latina y el Caribe es uno de los epicentros a nivel mundial con más casos de feminicidios, pues de los 25 países con los índices más altos, 14 se encuentran en Latinoamérica; los principales son Honduras, El Salvador, República Dominicana y Bolivia. Sin embargo, las cifras en Colombia también son alarmantes; para Octubre de 2022 según el Observatorio Colombiano de Feminicidios se han registrado en todo el territorio nacional alrededor de 500 feminicidios. La capital del país encabeza la lista de feminicidios; y para el mes de octubre se registraron feminicidios en 16 departamentos del país, es decir, en el 53% del territorio nacional.

¿Por qué es importante la conmemoración del 25N y la campaña de los 16 Días?

Teniendo en cuenta lo anterior resalto tres elementos claves que surgen de los espacios de conmemoración y de las campañas de activismo en contra de la violencia de género; elementos en los que radica su importancia. Los hechos conmemorativos y las campañas dan lugar i) a la visibilización y reconocimiento de las violencias basadas en género; además, ii) contienen aportes sociales de carácter pedagógico y formativo y, finalmente, iii) son muestra de una constante exigencia de políticas públicas eficaces para prevenir la violencia de género, así como de la necesidad de trabajar colectivamente para la eliminación de todas sus formas de expresión.

En primer lugar, es de suma importancia dar lugar a las diversas campañas, movilizaciones, exposiciones y diversos espacios en los que se abogue por el reconocimiento y la eliminación de las violencias contra la mujer. Reconocer estos encuentros y exposiciones permite trasladar a la esfera pública el fenómeno; de manera que no solo se reconocen las violencias y a sus víctimas, sino que se convierten en una forma más, y tal vez la más explícita y colectiva, de luchar contra su naturalización. Generar espacios de visibilización, reivindicación y reconocimiento es también aportar y resistir ante una cultura del silencio; es decir, ante una sociedad que se ha caracterizado por voltear la mirada y callar ante violencias tan estructurales y letales como lo son las violencias de género. Al mismo tiempo, es también acompañar las voces de muchas mujeres víctimas que le han apostado, a partir de sus testimonios, a romper estos silencios.

Es válido mencionar entonces, que estas conmemoraciones son un apoyo simbólico de gran importancia para las mujeres víctimas, pues existe una sociedad no solo que se moviliza para evitar estos daños, sino que trabaja desde múltiples aristas para garantizar apoyo, atención, acompañamiento, formación social y no repetición.

En segundo lugar,  conmemoraciones como la del 25 de noviembre y campañas como la de los 16 días han dado lugar a múltiples agendas pedagógicas que buscan no solo informar sobre la caracterización de las violencias de género, sino generar cambios sociales profundos que impidan su reproducción. La violencia de género al ser un elemento tan sistemático que permea todas las esferas de la vida de las mujeres requiere de grandes esfuerzos pedagógicos que transformen las dinámicas sociales, políticas y culturales que propician estas violencias. El carácter educativo y la capacitación son herramientas imprescindibles en los espacios de reconocimiento y visibilización de las violencias de género en la medida en que nos conducen a nuevos horizontes prácticos mucho más conscientes.

Finalmente, resalto la importancia de estos espacios porque son muestra de una constante exigencia en políticas públicas eficaces para prevenir la violencia y para exigir nuestros derechos por una vida libre de violencias de manera local, nacional e internacional. Sin embargo, y junto con las cifras de violencias y feminicidos mencionada anteriormente, también son muestra de la necesidad de aunar esfuerzos; pues aunque son muchos los avances, todavía las mujeres seguimos siendo víctimas de múltiples violencias de género y estas siguen incidiendo sobre todas las esferas prácticas de nuestras vidas. Estas alarmanetes cifras tanto en Colombia como en America Latina solo trazan un camino de venideras luchas, constante trabajo pedagógico, compromiso y responsabilidad colectiva.

Fuentes y Bibliografía