Especialización en Turismo y Comunicación: Narrativas y experiencias turísticas contemporáneas

Laila Abu Shihab Vergara

“Salta, ya aparecerá el piso”. Me repetí esa frase decenas de veces durante los 12 meses que duré recorriendo 23 países y 119 ciudades de Europa. Es un poema navajo que encontré en un libro de Mario Mendoza. Esa frase impulsó al escritor a renunciar a 11 años de cátedra en la academia para hacerle caso a un sueño. A mí, esa frase me dio fuerzas cada vez que dudé por haberlo dejado todo un día, para lanzarme a vivir una aventura que me partió en dos la vida. Una travesía para la que tuve que interrumpir una exitosa carrera (lo que quiera que eso sea), librarme de ataduras -materiales, afectivas y espirituales- y saltar al vacío. Saltar sin miedo, sabiendo que algún día aparecería el piso. De esa travesía viajera surgió un blog con historias que compartía mientras hacía el recorrido; luego, una columna viajera en una reconocida revista; después, muchas invitaciones a escribir en distintos medios sobre lo que significa viajar y cómo me ha transformado la vida.

Estoy convencida de que no hay mejor forma de conocerse a sí misma que viajando, y viajar se hace de muchas maneras. Por eso, y porque las dos cosas que más disfruto son contar historias y montarme en un avión, un barco, un tren, un bus, una yegua o una bicicleta para llegar a un lugar desconocido, hago parte de la “Especialización en turismo y comunicación: narrativas turísticas y realidades contemporáneas”. Soy politóloga con énfasis en Relaciones Internacionales y tengo una maestría en periodismo (que, de hecho, fue posible gracias a otra travesía viajera). Vivo de contar historias y quiero enseñar a contar historias que surjan de experiencias viajeras. (Y tal vez también sea importante decir que amo el teatro y el fútbol. Y que soy modelo 1980).

Daniel R. Calderón Ramírez

Somos viajeros por naturaleza y el turismo y esa necesidad de relatar nuestros viajes, contarles a los demás la experiencia, nos llevan a realizar de nuevo el viaje sin necesidad de salir, a conectarnos de nuevo con el ser interior, nómada que se aleja de la manada. Saber viajar y contar dichos relatos, anécdotas que guían a otros a apreciar las maravillas de la naturaleza, las culturas, las sociedades y pensamientos nos hacen reflexionar que el turismo y la comunicación son complementarios para perpetuar la experiencia de viaje.

Desde hace años he intentado conocer lugares maravillosos y acércame a personas únicas que encierran el universo del territorio que llevan por dentro. He intentado capturar dichos viajes por medio de la fotografía y a través de mis proyectos de planificación y gestión de la sostenibilidad turística, he buscado generar estrategias de conservación, competitividad y calidad que nos permitan seguir viajando y narrar nuestras experiencias de viaje. Ser parte del equipo de profesores de la Especialización en Turismo & Comunicación es la oportunidad de unir la experiencia de los viajes con las narrativas que se crean y las estrategias de sostenibilidad que conservan los lugares que se visitan.

Fernando Cárdenas

La primera vez que descubrí la magia de anudar el periodismo con los viajes fue por culpa de las casas de Pablo Neruda. En vez de sus sonetos de amor, fueron sus objetos inservibles -en Santiago, en los cerros de Valparaíso y en Isla Negra-, los que se prestaron de material para elaborar un texto narrativo acompañado de unas fotos de botellas, mascarones y caracolas que terminaron publicadas, poco tiempo después, en tres revistas de otros países.

Era el triunfo del periodismo independiente por sobre otras disciplinas, cuando apenas había saldado mis estudios universitarios en el sur del continente. Era, en efecto, un alarido de la crónica. Y fue así, por el gancho del poeta, que desenvainé una especie de metodología del oficio, más por olfato que por libros académicos, para hacer una especie de periodismo “portátil”, como lo llama el escritor Juan Pablo Meneses: el viajar con mochila, levantar información y ofrecerla a diferentes medios tras un proceso de observación y escritura volátil en esos viejos locutorios en los que arrendaban computadores y el servicio de internet por horas.

Esa primera hechura de cronista “patiperro” se volvió a insinuar al concluir las materias de la maestría en periodismo escrito y la especialización en información internacional, allá muy cerca de la Puerta de Alcalá. Fue cuando retomé las maneras del freelance, en un tiempo en que había ocupado las salas de redacción del espigado ABC de Madrid, de una radio obrera de Vallecas y de la revista progresista Cambio 16. Entonces vino el aterrizaje por varios medios de Centroamérica, donde me moví entre las islas del Caribe y las problemáticas sociales más apremiantes del istmo, y pude ver esos viajes consumados en algunas páginas de El Espectador, de El Mercurio o de Il Corriere della Sera.

Mal contados fueron 15 años de trabajar con una mochila y el pasaporte en las manos: una búsqueda exhaustiva de temáticas o conceptos de estudio en varios países de América, de reportear e investigar con el arte del sabueso de la crónica, es decir, de una pesquisa reconstructiva de personajes, lugares y acciones. También de indagar sobre el contexto, las cifras y un gran ejercicio de observación, tal como los fotógrafos de pájaros. A renglón seguido, remar el proceso de transformación de la información, por medio de la escritura bajo el paraguas de un género periodístico – los amigos de publicidad lo llaman storytelling-, y de seleccionar el canal ideal para nacer desde el olvido. Y al final, solo al final, la difusión sin fronteras.

Con esas herramientas y otros diplomas a cuestas, en los últimos 10 años ocurrió el trasteo desde los medios informativos a la consultoría, una mudanza en que uno convierte todo su bagaje del oficio en estrategias de contenidos y de visibilidad para diferentes industrias. Un modelo que ha servido para brindar apoyo comunicacional a sectores transversales en varios países del continente. Y en este listado están inscritos organismos internacionales, entidades oficiales, firmas privadas, empresas de alimentos y bebidas, de seguros, bancos y entidades sin ánimo de lucro, entre otros.

De manera casi lógica ese fogueo de marketing de contenidos también recayó, en los últimos años, en los territorios del turismo y del sector HORECA. De ahí viene la pertinencia para la construcción del Taller de gestión de medios emergentes, de la Especialización en turismo y comunicación: narrativas turísticas y realidades contemporáneas. Se pretende forjar, en pocas palabras, una metodología práctica para el desarrollo desde cero de un proyecto de viajes o de turismo y resolver de manera precisa todo lo referente a los mensajes, los canales apropiados y las principales audiencias.

Gabriel Moreno Veloza

La vida es un viaje eterno y un eterno retorno, retorno a los amigos, a la familia a las costumbres, pero siempre con algo nuevo de lo que se ha vivido y de lo que se ha aprendido. Los lugares son las personas que conocemos, los libros que leemos, los sabores y olores que se quedan en nuestros recuerdos a corto y largo plazo. Para mí el ser padre ha sido el más maravilloso viaje que he emprendido. El turismo es una experiencia comunicativa, en donde se generan expectativas sobre los lugares y las personas donde se espera contar como son nuestras costumbres y escuchar las ajenas, es una acción que trasciende la temporalidad y el espacio porque seguimos hablando de los viajes luego del acontecimiento, volvemos a los lugares con nuestros recuerdos.

En mi experiencia académica y laboral también ha ocurrido lo mismo; estudie Ciencia Política, luego Economía y luego Estadística, todo con la necesidad de entender mejor la investigación desde lo cualitativo y cuantitativo. El turismo es uno de los campos más prometedores para el país como sector económico, pero también en el campo de la investigación por eso he pasado los últimos años entendiendo las dinámicas y características del sector de los viajes.

En la Especialización espero aplicar el análisis de datos a través de los lenguajes generando herramientas que despierten la curiosidad de los estudiantes y les brinde la posibilidad de interpretar los datos que se encuentran en turismo para poder comunicar información precisa y con fuentes acertadas y actuales.

Edna Esperanza Rozo Bellón

La primera vez que visité la cascada Nachi en el 2010, representó en mi vida un punto de llegada. Mi conexión con este lugar sagrado del Shinto, la milenaria religión japonesa, fue instantánea. Su nombre, que significa “la compasión fluye sin fin”, hace parte de las rutas sagradas de peregrinación de los Montes Kii y en mi vida se ha convertido en ritual y punto de referencia obligado de visita, al ser el hogar de la familia de mi esposo Kenji y mi hijo Takumi y mi espacio de reencuentro espiritual.

En cada lugar que visitamos dejamos un poco de nosotros y regresamos a casa distintos. Por ello, la posibilidad de narrar historias desde nuestras experiencias y crear otros mundos posibles, puede humanizar nuevamente estos encuentros. Cuando nos propusimos crear una especialización que integrara el mundo de la comunicación y el turismo, encontramos grandes retos. Mi formación en estudios sociales y mi experiencia académica e investigativa en el campo del turismo, me ha llevado a creer firmemente, que este enfoque puede aportar en la creación de experiencias de viaje desde una perspectiva ética e intersubjetiva.

Manuel Salge Ferro

La experiencia del viaje le revela al viajero y a quien lo acoge que existen otros modos de ser, de estar y de relacionarnos. Al viajar compartimos paisajes, momentos y memorias. Ponemos en contraste lo que consideramos bello, lo que consideramos bueno y lo que consideramos importante. El viaje encierra un increíble poder de transformación y esa construcción colectiva se produce no sólo para quien se aventura, sino también para quién escucha las historias que derivan de ese contacto. Así, el acto comunicativo, que en últimas es un ejercicio de compartir, nos atestigua que un destino puede ser muchos a la vez, que una experiencia puede narrarse a través de múltiples medios, lenguajes y encuadres.

Yo he vivido esa experiencia desde mi formación como Antropólogo e Historiador. Mi trabajo académico me ha llevado a visitar lugares y gentes y su encuentro ha contribuido a deslocalizar mi forma de pensar y retar nuevas ideas. Sobre todo, referidas al campo del patrimonio cultural, campo que me preocupa y apasiona. Así mismo mi experiencia en la Facultad de Comunicación Social Periodismo me enseña que vivimos en el lenguaje y que las representaciones que produce pueden ser seductoras y poderosas. Quisiera seguir ahondando el tema de las representaciones, el patrimonio y las redes sociales y esta especialización es una estupenda plataforma para ello.

Deiwi Zurbarán Arias

Muchas veces escuché decir «Somos del lugar donde nos extrañan» y tal vez no lo comprendí totalmente hasta que empecé a viajar a conocer, a compartir y a dejar afectos en ese hermoso camino. El viaje emocional como yo lo llamo ha sido una aventura, un periplo que me ha permito descubrir no solo lugares maravillosos, sino conectar con seres humanos extraordinarios que me han enseñado tanto y me han ayudado en mi viaje interior y a seguir trabajando en ese ser imperfecto, en ese ser humano en construcción permanente que soy. Como viajero, como turista y como migrante he podido ver diferentes dimensiones del viaje. Detrás de cada lugar, cada persona, cada cultura, cada costumbre, cada comida hay una historia que merece ser contada, escuchada, recordada y valorada. Siendo Ingeniero Mecánico, tal vez por azar del destino o por mi pasión por escuchar y conectar con las personas – cosa que estaba en mí desde muy joven pero no hice consciente hasta ser adulto – me hizo acercarme a las ciencias sociales, a la administración la gestión de personas y me hice Coach Personal y Organizacional lo que me permitió vincularme al sector turístico desde un ámbito profesional. De cada lugar que visitó me llevo recuerdos en mi memoria, en mi corazón, un souvenir en mis manos, pero además la tecnología me deja captar imágenes, videos que puedo compartir por redes sociales acompañadas de una historia. Por esta razón me motiva poder aportar en este programa de vanguardia, ayudando a entender estas fuerzas tecnológicas en la cuarta revolución industrial y que relaciona de manera armónica y novedosa la comunicación y el turismo.