… tan solo palabras

Valentín García Yebra, cofundador de la afamada Editorial Gredos, dedicada a los estudios filológicos, lingüísticos y literarios, en su libro El buen uso de las palabras, decía que a veces se dicen cosas que son “lo contrario de lo que se quería decir” (pp. 217-221). Y da unos ejemplos que se presentan todos los días. Cito algunos:

  1. “Varios manuscritos de Cicerón y de Tito Livio, entre ellos doce incunables, valorados en más de diez millones de dólares, fueron robados en la biblioteca de la Universidad de La Plata”.
    “¡Increíble! ¿Manuscritos de Cicerón y Tito Livio en la Universidad de La Plata? No me lo creo. Y los doce incunables no podían, por definición, ser manuscritos. Según el diccionario académico, son incunables ‘las ediciones hechas desde la invención de la imprenta hasta el siglo XVI’. Por ‘ediciones’ se entiende aquí ‘obras impresas’, que, por consiguiente, no son manuscritos”.
  2. “Es previsible que en el transcurso de la noche de ayer fuese desalojado algún pueblo más, situado junto al embalse”.
    “‘Previsible’ es lo que puede preverse; es decir, lo que puede verse antes de que suceda o llegue. Prever lo ya realizado, aunque haya sido en fecha tan próxima como la noche de ayer, sería propio de un falaz adivino o de un falso profeta”.
  3. “El aborto se convirtió, en la Unión Soviética, en el método tradicional de anticoncepción”.
    “El aborto y la anticoncepción son incompatibles. No puede abortar la que no ha concebido”.
  4. “Intercambiar insultos está alcance de cualquiera”.
    “La verdad es que no está al alcance de nadie, si no hay quien conteste a los que recibe. Uno solo no puede intercambiar nada, si no tiene con quien hacer el intercambio”.

Luis Fernando García Núñez
Instituto de Estudios Interdisciplinarios
Universidad Externado de Colombia