Situación laboral de las mujeres después de la pandemia

Por: Mateo Zapata Páez y Tatiana Gélvez Rubio
Las mujeres sufrieron más retrocesos y se han recuperado más lentamente que los hombres. La cultura y las leyes siguen imponiendo la desigualdad entre los sexos

La recuperación del empleo ha sido una constante en lo que va del 2022, la creciente demanda y el retorno de muchos sectores productivos a la presencialidad ha revitalizado la economía de Colombia. Aun así, las cifras del mercado laboral indican que la situación de las mujeres no ha mejorado de manera sustancial, tampoco se evidencia una disminución en las brechas de género luego de la pandemia.

Según el Dane, el regreso a la normalidad ayudó a reducir los niveles de desempleo en el país hasta el 11,2 por ciento entre abril del 2021 y abril del 2022, 4,3 puntos porcentuales (pp) menos que hace un año, cuando se ubicaba en 15,5 por ciento.

Estas mejores noticias para el mercado laboral se explican por la mayor recuperación de puestos de trabajo por parte de las mujeres, quienes debieron hacer frente, y aún lo hacen, a las elevadas cargas de cuidado no remunerado con el inicio del covid-19.

A nivel nacional, la población ocupada llegó a 21,95 millones en abril de 2022, lo que significa que se recuperaron 2,20 millones de empleos frente al mismo período del año anterior, cuando el dato fue de 19,75 millones. De ese total de empleos recuperados, 1.327.000 fueron nuevos puestos de trabajo para las mujeres y otros 875.000 para los hombres.

Las brechas de género antes de la pandemia

Las brechas de género por supuesto existían antes de la pandemia, así lo muestra el diagnóstico de la Misión de Empleo que recoge cifras con corte a diciembre de 2019 y evidencia la mala situación laboral de las mujeres:

  • Están más educadas, pero participan menos en el mercado laboral. En promedio, las mujeres tienen más años de escolaridad que los hombres, sin embargo, apenas el 54 % participa en el mercado laboral frente al 74 % de hombres.
  • Hay más desempleadas. El desempleo de las mujeres en promedio fue del 13,6 % en el 2019 versus el 8 % en el caso de los hombres.
  • Tienen una sobrecarga de trabajo de cuidado no remunerado. Las mujeres dedican únicamente 5,6 horas al día al trabajo remunerado, en comparación con las 7 horas que dedican los hombres en promedio.
  • El cuello de botella de la informalidad. En promedio, las mujeres reparten su tiempo entre actividades de mercado remuneradas y de cuidado no remuneradas.
  • Existen diferencias salariales entre hombres y mujeres con los mismos años de escolaridad, diferencias que se acentúan con el número de hijos.

En este sentido, hay tres grandes brechas históricas entre hombres y mujeres en el mercado laboral: la tasa global de participación, la brecha en la tasa de desempleo y la brecha salarial. En consecuencia, las mujeres en Colombia no han visto un cambio en las dinámicas de empleabilidad desde el 2001, esto teniendo en cuenta la estabilidad de dichas brechas al pasar de los años en los datos reportados por el Dane.

Las mujeres dejaron de participar en el mercado laboral durante y después de la pandemia

Las mujeres siempre han participado menos en el mercado laboral, pero con la pandemia, tendieron a abandonar de manera permanente el empleo remunerado, y los hombres, por el contrario, aumentaron su participación.

En promedio, antes de la pandemia (2019), el 74 % de los hombres participaba en el mercado laboral frente al 54 % de las mujeres. Sin embargo, después de los confinamientos y de la reactivación dirigida por el Gobierno, en 2021 la participación de los hombres aumentó al 76% mientras que la de las mujeres descendió hasta el 49%: la brecha se expandió.

Durante el 2021 Colombia empezó a mostrar señales de recuperación y logró un crecimiento de 10,6% en el PIB; el empleo resurgió con el comercio y el turismo. No obstante, persisten las desigualdades entre hombres y mujeres al regresar al empleo, además, se evidenció la tendencia a abandonarlo y a dedicarse al trabajo no remunerado: cuidado de niños, cocina, limpieza del hogar, etc.

Para 2022 existe una ligera recuperación en la tasa global de participación de las mujeres, ya que, en el trimestre comprendido entre febrero y abril, el 51,9 % de las mujeres participó en el mercado laboral, comparado con el 48,4 % de participación en el mismo período en 2021. Sin embargo, sigue siendo un dato inferior en comparación con el período pre-pandemia que era de 53 % y es opuesto a la situación de los hombres, la cual mejoró.

Gráfico 1.

Fuente: Elaboración propia con datos del Dane (2022).

Aunque lo ocurrido sea un fenómeno multidimensional, este comportamiento podría explicarse por la desventaja de las mujeres al negociar en los hogares: los hombres conservan sus empleos porque ganan más; las mujeres dejaron sus labores para dedicarse al cuidado de sus hijos.

Por eso es necesario que el Gobierno Nacional reoriente sus acciones para que la participación de hombres y mujeres en el mercado laboral sea más equilibrada. Además, se necesitan políticas educativas que cultiven la responsabilidad compartida en las actividades de cuidado no remuneradas; también podría compensarse el trabajo de cuidado no remunerado para aumentar la participación de los hombres en estas actividades.

 

La tasa global de participación de las mujeres jóvenes         

En cuanto a la tasa general de participación de los jóvenes, la brecha de género sigue siendo alta, pero no mayor que la del total nacional. En 2019, fue de 15 pp; en 2021, 16 pp. Se comparan estas fechas para señalar las consecuencias de la pandemia.

La brecha aumentó apenas 1 pp, pero la disminución en la tasa general de participación de las mujeres fue de 3 pp: pasó de un 49 % en 2019 a un 47 % en 2021. En comparación, la de los hombres disminuyó 1 pp: pasó de 64 % en 2019 a 63 % en 2021.

Esta disminución en la tasa de participación incluye a las mujeres jóvenes que se dedicaron a sus niños y a labores del hogar en 2021; pero también se debe a los obstáculos para entrar al mercado laboral: la discriminación de algunas empresas y sectores hacia la mujer, el desempleo y la falta de acceso a educación de calidad.

Estos y muchos otros factores se agudizaron con la covid-19; pero no se tuvieron en cuenta en las políticas de mercado laboral para las mujeres jóvenes durante la reactivación.

Una reactivación desigual profundiza la brecha de género en la tasa de desempleo

El diagnóstico revela que el retorno de las mujeres al mercado de trabajo ha sido más lento que el de los hombres. En la gráfica 2 se observa una ligera disminución del desempleo de las mujeres:

  • Para el trimestre móvil febrero-abril de 2021 la tasa de desempleo de las mujeres fue de 19,2 por ciento; en el caso de los hombres, de 12,6 por ciento.
  • Mientras que para el mismo período de 2022 la tasa de desempleo entre las mujeres fue de 15,4 por ciento, la de los hombres se ubicó en 9,6 por ciento.

Esto significa que la brecha de género disminuyó de un año a otro, pero que todavía es de 5,8 puntos porcentuales, por lo que siguen existiendo retos. También confirma que las medidas de reactivación no respondieron, de manera coherente, ante el alto nivel de desempleo de las mujeres durante y después de la cuarentena.

En general, el desempleo de las mujeres aumentó por el cese de actividades turísticas, de servicios y de cuidado remunerado -como el trabajo doméstico-, sectores que ocupan más del 50% de la mano de obra femenina.

Gráfico 2.

 Fuente: Elaboración propia con datos del Dane (2022).

A su vez, las medidas de reactivación económica de finales de 2020 no consideraron a estos sectores afectados; en cambio, se dio prioridad al transporte y a la infraestructura, cuyos trabajadores son –en su mayoría– hombres.

En este sentido, las medidas no atienden a la brecha de género de la tasa de desempleo; por el contrario, la agravaron. Así lo muestra específicamente con respecto al trimestre móvil de diciembre 2020-febrero 2021; donde se dio la mayor brecha con un valor de 9 puntos porcentuales.

Desempleo entre los jóvenes

Como consecuencia de la pandemia, la tasa de desempleo para los jóvenes de 14 a 28 años es mayor que la del total nacional: pasó de 17,7 % en 2019 —justo antes de la pandemia— a 21,4 % en 2021 —el año de la recuperación—.

Ahora bien, la brecha del desempleo entre mujeres y hombres en esta edad es más amplia todavía: la tasa de desempleo fue de 28 % para las mujeres y del 17 % para los hombres.

Esta brecha de 11 pp no se veía desde hace casi dos décadas —sin contar el comienzo de la pandemia—. Por tanto, es innegable el retroceso en el cierre de la brecha de género en la tasa de desempleo de los jóvenes en Colombia (en 2019 la brecha era de 9 pp).

Entonces, la recuperación económica de 2021 fue insuficiente para recuperar el empleo de las mujeres jóvenes. Además, las políticas para estimular la contratación de jóvenes no tuvieron el enfoque de género adecuado.

En conclusión, hubo menos empleo para las mujeres en Colombia tras la pandemia; el panorama es desalentador en el mediano y largo plazo con respecto a la disminución de brechas de género.

Las políticas endebles del gobierno y su mínimo enfoque de género hicieron que la situación de muchas colombianas empeorara. Por ende, la reactivación no fue suficiente para recuperar el empleo y participación de las mujeres; los estereotipos del hogar se mantuvieron y acentuaron.

Un grupo doblemente golpeado por la pandemia fue el de las mujeres jóvenes: el desempleo es alto para ellas, y los obstáculos para ingresar al mercado laboral, aún mayores. Hay obstáculos sobre todo para las madres, pues la legislación y la cultura retrograda aún se mantienen, y no dan espacio a una responsabilidad compartida del hogar y del cuidado que pueda remunerarse.