La integralidad: el elemento clave de la permanencia de la profesión docente

En el marco de la Feria Internacional del Libro de Bogotá, Cecilia Dimaté, decana de la Facultad de Educación de nuestra Casa de Estudios, fue invitada a un conversatorio organizado por la Secretaría de Educación y la Universidad de La Salle, donde se abordaron los retos que las(os) profesionales en educación deben afrontar en distintos escenarios.

Hay algo claro: las(os) jóvenes ya no sienten el mismo interés por la docencia como hace más de 30 años, los bajos salarios, las precarias condiciones laborales y la falta de profesionalización son algunas de las razones por las que esto ocurre. Lo anterior, nos hace pensar si la profesión docente se encuentra en declive, al punto de desaparecer algún día.

Para abordar este tema, el lunes 29 de abril se reunieron en el Gran Salón F de Corferias la decana de la Facultad de Ciencias de la Educación de nuestra Casa de Estudios, Cecilia Dimaté; el decano de la Facultad de Educación de la Universidad de la Salle, Diego Barragán; y la Directora de Ciencias, Tecnologías y Medios Educativos de la Secretaría de Educación del Distrito, Ángela María Cubillos León. La conversación giró en torno a lo que significa ser profesional de la educación, las características que debería tener la formación docente para satisfacer las necesidades del sistema educativo y la pregunta sobre cómo generar reconocimiento y validación del trabajo profesional docente en el país.

En un primer momento, las(os) expertas(os) dialogaron sobre el reconocimiento de la profesión docente y los obstáculos que atraviesa en términos tanto académicos como laborales. “Anteriormente, esto no era reconocido profesionalmente y, por lo tanto, era un trabajo mal pago, pero en los años 70 se dio una discusión interesante sobre el reconocimiento laboral y ahora nos preguntamos sobre la formación integral del maestro, sobre algo que lo haga realmente intelectual, que pueda dar cuenta sobre lo que necesita para generar transformaciones. Tenemos una gran tarea desde la educación superior”, dijo la decana Cecilia.

La postura sobre la importancia de la interdisciplinariedad fue complementada por Ángela, quien hizo una reflexión sobre el reconocimiento que realmente deberían tener las(os) maestras(os) en la sociedad y en la academia, uno que debe ir más allá de la publicación e artículos o papers:

“Lo que hay que preguntarnos realmente es cómo vamos a ganar un reconocimiento o cómo voy a publicar una artículo si mis estudiantes no me validan como maestra, ese debería ser el centro de la discusión”, afirmó y recalcó que lo ideal es volver al centro del aprendizaje, con lo nuevo que nos dicen la neurociencias o las ciencias de la educación.

Al finalizar el evento, se hizo una reflexión que, si bien no pudo dar respuesta a la pregunta inicial sobre si la profesión docente se encuentra en declive, logró que algunas(os) participantes se preguntarán sobre el sentido humano que tiene la docencia.

“No debemos olvidar que la profesionalización pasa por el arte y la pasión, pero también pasa por las necesidades sociales y es por eso que las(os) maestras(os) tenemos que saber muchas cosas, porque somos responsables de muchas cargas al mismo tiempo y eso es sobre lo que tenemos que trabajar”, concluyó Diego.