Brasileros de Fecap en proyectos sociales que adelanta Figri

Erli Margarita Marín Aranguren 
Coordinadora del Programa de Voluntariado Profesional Figri
Erli.marin@uexternado.edu.co 

Los estudiantes de São Paulo que visitaron la Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales (Figri), en el curso: “Un verano en Bogotá”, también tuvieron la oportunidad de acercarse al Programa de Voluntariado Profesional que Figri ofrece (PVP-Figri). Para el efecto, visitaron dos organizaciones de la sociedad civil con las cuales se tiene tradición de interacción y se gestiona impacto positivo para esas comunidades y territorios.

Tanto los cursos de verano como la visita a los territorios y el acercamiento a las comunidades son actividades que se desarrollan en el marco académico tanto del programa de Gobierno y Relaciones Internacionales como en el de Finanzas y Relaciones Internacionales.  

De esta manera, Figri brinda oportunidades para que los y las estudiantes nacionales y en intercambio puedan tener interacción protagónica con el entorno. En el caso particular que ocupa esta nota, se trata de un acercamiento a organizaciones de base en las cuales los estudiantes pueden ofrecer su conocimiento académico, y aplicarlo a problemas puntuales para obtener eficaces y eficientes alternativas de solución a problemas comunes que requieren de la mano de un profesional altruista. 

Los y las 18 estudiantes de Fecap, así como la docente Marilia Souza, quien acompañó al grupo universitario, que se desplazó desde São Paulo, no solo estuvieron 2600 metros más cerca de las estrellas, sino que desde sus propias formaciones (relaciones internacionales y comercio internacional) lograron apreciar el impacto de las actividades que adelantan quienes se involucran en el PVP-Figri. 

Los estudiantes nacionales y los de intercambio pueden, voluntariamente, aplicar al PVP-Figri y luego de la experiencia del mismo, durante el semestre académico, pueden solicitar una certificación de la misma. Con ello se demuestra tanto la solidaridad como el compromiso que adquieren quienes pasan por las aulas externadistas para ser socialmente responsables y procurar la sostenibilidad en emprendimientos de pequeña o gran escala. 

La visita se realizó en dos partes. Primero a la Corporación Proyectando Imaginarios, que lidera el proyecto Casa B, en el barrio Belén y, luego, a la Fundación Buena Semilla, en el barrio Egipto, que desarrolla dos talleres: Tejiendo Corazones y Tallando Vidas. En uno y otro caso, los emprendimientos tienen amplia participación de las propias comunidades del territorio, y las organizaciones se convierten en las plataformas para la autogestión y el empoderamiento de los habitantes locales que se vinculan a ellos. 

Icaro da Rocha Pereira, estudiante de relaciones internacionales de Fecap, al visitar estas organizaciones de base en la localidad de La Candelaria de Bogotá, se sorprende por las similitudes que encuentra con su natal São Paulo. “Son tan parecidas las situaciones aquí y en Brasil, que como profesionales nos exige mayor responsabilidad social para transformar estas realidades que se extienden por Latinoamérica”.  

Por su parte, Matías Daher, del mismo programa en São Paulo, considera que, al estar tan alejados de Colombia, a pesar de ser países vecinos fronterizos, tienen tan poca información sobre Colombia que le sorprende las similitudes y por eso considera que viajar es una oportunidad para “salir de la burbuja de la buena vida y considerar otras maneras de acercarnos en lo social, lo económico, lo cultural y las buenas prácticas”. 

Si bien las organizaciones visitadas tienen como característica ser de base, cuenta con la articulación de instituciones públicas y privadas y también alcanzan los beneficios de la cooperación internacional. En el caso de la Corporación Creando Imaginarios, por ejemplo, han logrado mejorar un taller de cocina con el concurso de universidades colombianas e internacionales como Carleton University (desde Canadá). Los progresos permitieron que el Círculo de Mujeres Aisha ofreciera platos de la culinaria bogotana a los estudiantes brasileros que visitaron Figri en el curso de verano pasado (julio de 2022). Para las mujeres esa no es una cuestión menor, es una forma de ganarse la vida haciendo lo que les encanta (cocinar) y dando alimento y vida a los demás. Como lo dijo Liliana Gaviria, líder del Círculo de Mujeres. “Es una oportunidad de llevar dinero a casa”. 

Isabella Ferreira dos Santos, quien viene en el grupo de los 18, ha sido voluntaria en Estados Unidos y al visitar estas dos organizaciones y conocer los proyectos que adelantan, considera que “esta experiencia me permite acercarme a la gente y poner en perspectiva lo que hago y mi propia formación, más ahora que hago el posgrado en comercio internacional”. Es más, “aquí veo que tienen poco, son pobres, pero tienen grandes ideas que se pueden comercializar y el negocio da hasta para exportar con una prospectiva muy positiva. Es un gran negocio lo que hay aquí…Igual pasa en Casa B”. 

El impacto de este tipo de actividades es tanto para estudiantes como para líderes y lideresas en los territorios. Por ejemplo, Alexandra, del Círculo de Mujeres de Casa B se emociona y confiesa que “cuando ellos (refiriéndose a la visita de los y las brasileras) nos visitan, yo me siento importante y eso es muy agradable”. 

La vulnerabilidad que merodea estos territorios y las oportunidades que se abren con emprendimientos sociales, como los que se adelantan desde Casa B y en la Fundación Buena Semilla, hacen pensar a Mathias Daher en que siempre hay salidas para comenzar y para crecer. “El trabajo es siempre una salida y hay que ser positivos, pues el crecimiento individual posibilita el de la familia y el de la comunidad”. Esa no es solo una visión de quien está adelantando un posgrado en comercio internacional sino de una persona con valores y principios que piensa en los otros, una filosofía que se entrelaza con el espíritu liberal de la Universidad Externado de Colombia. 

Y eso ha quedado ratificado al escuchar a una de las tejedoras de la Fundación Buena Semilla quien al entregarle una ruana a una de las compradoras de la Tienda de Tejiendo Corazones dijo “esta manualidad que es el tejido, me hace mejor persona. No sé leer ni escribir, pero trabajo con las manos y ustedes admiran lo que hago. Eso me llena de orgullo”. 

Lo cierto, como lo mencionaba Carolina, “nuestro trabajo trasciende, cuando otros lo compran”, por eso es que Elías Mendoza muchas veces confiesa que prefiere no mirar las finanzas, sino trabajar para compartir. “12 expandilleros, 10 mujeres vulnerables y más de 50 niños y niñas en el comedor del jardín infantil, son una razón poderosa para voluntariarme y ayudar. Estos emprendimientos son una respuesta de vida”. 

La profesora Marilia Souza, quien acompañó al equipo de estudiantes de pregrado y posgrado de Fecap, Brasil, luego de la visita a las dos organizaciones sociales con las que está articulada Figri en la localidad de La Candelaria, invitó a todos los estudiantes a cuestionarse ¿qué puede hacer cada uno para cambiar? Prácticamente, la misma lógica que se exalta en el eslogan de Figri: Conocer el mundo, para transformarlo. Los estudiantes nacionales y en intercambio pueden hacerlo desde cuando están en la universidad. No deben esperar a ser egresados o profesionales. El PVP-Figri abre esa puerta ya mismo.