Redes sociales para la investigación en corrupción y fraude

Las redes sociales son hoy el escenario principal de la corrupción y el fraude en el sector privado

El gran cerebro del fraude fue condenado a 7 años de casa por cárcel; mientras que un funcionario de una firma relacionada con el fraude, fue condenado a 13 años de prisión, en la cárcel La Modelo de Bogotá.


¿Cómo se teje el entramado de relaciones que configura las condiciones necesarias para la realización de un fraude? Las redes sociales son hoy en día el ámbito principal de ese proceso. Y de su examen surgen evidencias de cómo operan estos ‘emprendimientos de la corrupción’.

La Investigación “El fraude en Interbolsa y Fondo Premium en el caso Fabricato”, señala que los actores más centrales en la red buscan permanecer en esa posición para mantener el control, pero al mismo tiempo se las ingenian para distribuir el riesgo, haciendo que los subalternos resulten con implicaciones desproporcionadas en términos de sanciones, multas, delitos imputados y condenas.

El trabajo fue adelantado por los investigadores del Externado de Colombia Luis Antonio Orozco, PhD (Facultad de Administración de Empresas; Cesar Yamit Beltrán MsC, (Facultad de Contaduría) y José Vargas Caicedo, director del área Empresas de familia y gobierno corporativo, Facultad de Administración de Empresas)

La investigación se inscribe en la iniciativa de la rectoría de la Universidad ‘Así habla el Externado’, que congrega esfuerzos para aportar a los grandes temas del presente, y que, actualmente, se concentra en el tema de Corrupción:

Esto dicen los investigadores: 

Los estudios sobre la corrupción, particularmente en el ámbito de las empresas privadas, tienden a enfocarse en develar hechos, aplicar técnicas de auditoría forense y mostrar movimientos y operaciones que definen acciones fraudulentas. Sin embargo, el análisis de redes sociales para estudiar la corrupción y el fraude es un tema emergente en la literatura internacional e inexplorado en la investigación en Colombia.

El análisis de redes sociales en la corrupción permite entender el proceso en el que se crean vínculos sociales para facilitar la realización de actos no permitidos por le ley y la moral. La corrupción no es un fenómeno que fácilmente pueda ser realizado por una persona. Es un proceso que requiere de la construcción de complejas redes de relaciones sociales, con las que se pueda generar confianza, mantener lealtad y secreto, así como dividir el trabajo, asignar responsabilidades y establecer mecanismos de gobernanza y control.

El grupo de investigación busca aportarle al país capacidades de reflexión y mecanismos de prevención, detección y corrección de la corrupción y el fraude corporativo, y así generar las bases para crear conocimiento y formar educandos.

Se seleccionó el caso de Interbolsa, como quiera que es el fraude corporativo más emblemático de Colombia, y quizá uno de los casos más complejos por su entramado de redes entre personas y sociedades. El análisis del caso se organizó en tres grandes temas. El primero presenta la acción de los organismos de control y sus fallas, desde un enfoque multinivel. Esto es, se mira la actuación de la Superintendencia Financiera, la Revisoría Fiscal, la oficina de control interno y el comité de riesgos de Interbolsa. Luego se hace un análisis detallado de las principales operaciones con las que la Fiscalía General de la Nación ha demostrado la actuación fraudulenta en el crimen financiero. Finalmente, se reconstruyen las relaciones personales entre los actores relacionados con los procesos de Interbolsa y Fondo Premium.

El examen de redes de relaciones sociales y económicas condujo a numerosas fuentes periodísticas, a entrevistas y consulta de archivos en la Fiscalía General de la Nación, así como visitas a la cárcel La Picota, donde se encontraban algunos de los protagonistas. El análisis de redes sociales se sirvió de las teorías sociológicas y económicas de la corrupción, haciendo énfasis en el proceso por el cual una práctica corrupta se vuelve normal, algo natural dentro de una organización.

Se analizó la forma como se va vinculando a personas que, por sus cargos, son clave para llevar a cabo el fraude. Se observó el proceso de construcción social en el que los actores se auto -convencen de que no están infringiendo la moral y la ley, en un proceso de traducción de intereses y beneficios.

Finalmente, se ha puesto a prueba la hipótesis de que los actores más centrales en la red, esto es, con más relaciones, buscan permanecer en esa posición para mantener el control, pero estos ‘emprendedores de la corrupción’, buscan en el proceso de delegación distribuir el riesgo, haciendo que los subalternos resulten con mayores implicaciones en términos de sanciones, multas, delitos imputados y condenas.

El caso de Interbolsa ha revelado, en el análisis de redes sociales, que más allá del diamante del fraude, en el que se prueba la forma en la que los actores aprovecharon la oportunidad y la capacidad, en un proceso de justificación enmarcado por la presión, que los cerebros del fraude financiero han logrado beneficios importantes ante la ley, frente a subalternos que han recibido mayores castigos y sanciones. Esto tiene que ver claramente con el tipo de delitos imputados y probados en juicio, pero no queda un buen sabor al ver que el gran cerebro del fraude fue condenado a 7 años de casa por cárcel, en una muy bien dotada hacienda antioqueña, mientras que un funcionario de una firma relacionada con el fraude, fue condenado a 13 años de prisión, que está pagando en la cárcel La Modelo de Bogotá.

El proceso de investigación ha permitido una importante labor de formación de los estudiantes, quienes asumirán algún día la representación legal de una firma, en sus responsabilidades e implicaciones. El caso mostró cómo la extensión de la red de corrupción fue vinculando gente de ‘buenos principios’, quienes, con el tiempo se fueron sumergiendo en una situación de gran riesgo judicial, de la que ya no podían salir, como lo predice la teoría sociológica de la corrupción, y de la que ya no terminarían bien librados.