El lente, la historia del Externado y la mujer

Desde tiempos inmemoriales, el ser humano ha sentido el deseo de perpetuar momentos y situaciones. Para lograrlo, ha empleado diversas formas de soporte para retratar personas, animales y objetos. En ocasiones, con un fin documental y, en otras, con un enfoque más artístico. Una de estas disciplinas es el fotoperiodismo, una forma de crónica visual que busca contar historias a través de imágenes impactantes y significativas.

En este reportaje gráfico, nos adentraremos en el apasionante universo de Adalgiza Barandica, una verdadera narradora visual, una artista comprometida con su oficio y decidida a capturar la esencia de cada momento que cruza su camino. Su lente se convierte en una extensión de su visión, y cada clic se convierte en una forma de expresión única.

A lo largo de su carrera, ha presenciado cambios revolucionarios en la tecnología y la forma como se comparten las fotografías. Desde el uso de rollos de película hasta la era digital y las redes sociales, ha sabido adaptarse y abrazar estas nuevas herramientas sin perder su estilo único.

Ada ha sido testigo de los hechos históricos más importantes de nuestra Casa de Estudios. Su huella quedó plasmada para siempre a través de los detalles cotidianos de la vida académica. Pero también quedó en el poder. En su lente posaron aquellos que decidieron ser presidentes de la República, escritores, magistrados de las Altas Cortes, ministros y demás cargos de representación política y académica a nivel nacional e internacional. Ha fotografiado momentos de felicidad, tristeza, amor, desafíos y triunfos.
Sus imágenes seguirán hablando por sí mismas mucho tiempo después de que ella deje su cámara. Su pasión y dedicación han demostrado que la fotografía trasciende la técnica y se convierte en un medio para contar historias, conectar personas y capturar la belleza efímera de la vida.

Esta es su historia:

Por: Adalgiza Barandica

Cuando me uní al Externado, en agosto de 1987, estaba emocionada de comenzar mi trabajo como fotógrafa de la Universidad Externado de Colombia. Trabajé en la oficina de prensa bajo la coordinación de Azriel Bibliowicz y la asesoría de la Dra. Emilssen González de Cancino, hoy decana de la Facultad de Derecho.

Mi primer evento fue cubrir las IX Jornadas Internacionales de Derecho Penal. Recuerdo con cariño la sensación de entrar por primera vez en un auditorio lleno de personalidades importantes en el D-200. Durante los tres días de las Jornadas, pude apreciar la relevancia del tema que se estaba tratando: medicina, genética y delito. En el archivo fotográfico, encuentro que las Jornadas se hacían en homenaje a un sobresaliente penalista, en este caso el Dr. Luis Enrique Aldana Rozo, mientras que hoy en día, después de tantos años, las 44 Jornadas se convocan en homenaje al Dr. Alfonso Reyes Echandía.

Mi labor como fotógrafa fue extensa, ya que cada evento requería el esfuerzo tanto de los organizadores como de los participantes. Mi cámara se convirtió en un instrumento para que otros ojos pudieran ver, valorar y encontrar publicadas esas historias y eventos en los que trabajé. Mi labor fue muy valiosa para el recorrido histórico del Externado, ya que las fotografías que tomé permiten a quienes las observan apreciar el crecimiento y la evolución de la Universidad a lo largo de los años.

Desde ese momento, me di cuenta de que mi labor como fotógrafa del Externado no se limitaría a las Jornadas. Durante los 36 años que trabajé allí, mi cámara fue testigo del desarrollo de la infraestructura de la Universidad, incluyendo sus jardines tan significativos, y la adecuación de espacios para labores de docencia y aprendizaje. Mi trabajo me permitió estar en contacto con estudiantes, docentes, decanos y personal administrativo y logístico de la Universidad, quienes me acogieron con gran afecto y me permitieron capturar esencias humanas para registrarlas en los archivos. Hoy en día, gran parte de esa historia está guardada en el Museo Lux Non Occidat.

Muchos eventos me han marcado en mi vida, y es difícil nombrar solo uno en particular. Cada uno de ellos ha enseñado algo valioso y me ha dejado con la inquietud de investigar más. Para mí, lo importante siempre ha sido estar con la mente abierta y la cámara lista para capturar los mejores momentos.

Recuerdo con cariño cuando el decano de la Facultad de Comunicación Social-Periodismo, José de Recasens, me abrió las puertas del Laboratorio de Fotografía de su Facultad. Fue allí donde revelé mis rollos y realicé las impresiones en blanco y negro para su publicación en los periódicos El Espectador, El Tiempo, Ámbito Jurídico, La República, entre otros, y por supuesto, en El Informativo, nuestro periódico que luego se convirtió en una revista.


Desde entonces, he tenido el privilegio de capturar con mi lente a grandes filósofos y pensadores como Norberto Bobbio, Humberto Maturana, Hunter Jakobs, Solana, Piketti, y varios premios Nobel, entre otros. Además, pasaron por el Externado personalidades de la cultura y las artes, como la actriz Norma Aleandro, ganadora del Oscar a la mejor película extranjera en 1986. Fue una experiencia maravillosa estar con una artista de esa calidad.

Recuerdo también a María Claudia Rueda, una estudiante de Derecho que ganó el premio Simón Bolívar en la modalidad de Caricatura. Fue autora de unas caricaturas excelentes del Consejo Directivo de la Universidad, que siguen siendo utilizadas.

En el Externado, también tuvimos la oportunidad de recibir la visita de Richard Blum, el guionista de las series Mi Bella Genio y Hechizada, que eran mis favoritas durante mi infancia. Fue emocionante conocerlo y tener la oportunidad de fotografiarlo.

Durante los años 90, el Dr. Hinestrosa invitó a juristas y personalidades del gobierno italiano a participar en diferentes eventos académicos, lo que enriqueció el pensamiento liberal de la comunidad universitaria de la época. La Universidad se ponía su traje de gala para esos eventos.

Recuerdo la despedida del Dr. Fernando Hinestrosa, quien fue designado Embajador de Colombia ante el Vaticano, en 1989. Había mucha emoción y temor entre los directivos y académicos cuando se nombró al Dr. Carlos Restrepo Piedrahita como encargado de la rectoría, debido a su fuerte carácter y erudición.

En otro evento, tuvimos la visita de Favio Roversi-Monaco, rector de la Universidad de Bolonia. En el auditorio D-604, el Dr. Carlos Restrepo Piedrahita le entregó un diploma con el grado de Honoris Causa. Fue un evento solemne y de mucha altura, como todos los realizados durante la rectoría del Dr. Restrepo Piedrahita.

En una ocasión, tuvimos la oportunidad de fotografiar a Giovanni Spadolini, presidente del Senado italiano. Como dijo el Dr. Hinestrosa, Spadolini dedicó su vida al servicio de los ideales democráticos.

Durante mi tiempo en la Universidad, tuve la oportunidad de conocer a muchas personas notables. Recuerdo a Gonzalo Vargas Rubiano, quien se destacaba por su elegancia y amabilidad. Fue en su juramento como Rector que Hinestrosa lo presentó ante mí.

También recuerdo a Bernardo Alzate, un abogado humilde y amable, originario de las montañas de Caldas. Me impresionó su amor por la Universidad al expresarse sobre ella. Hinestrosa lo invitó a vivir en la Universidad debido a sus limitados recursos, y pronto se le unieron otros invitados como Alfonso Reyes Echandía, padre del actual director del departamento de Derecho Penal, Yesid Reyes.

La foto del doctor Antonio Rocha me trae muchos recuerdos. Fue un gran jurista y un amigo cercano de Hinestrosa, con quien dictaba las mismas asignaturas. La amistad entre ambos se fortaleció aún más cuando Hinestrosa fue nombrado rector.

Lucero Zamudio y Norma Rubiano son dos mujeres a las que admiro profundamente por sus trabajos investigativos centrados en temas femeninos, como las separaciones conyugales, el aborto, las adolescentes y las mujeres separadas. Estos temas siguen siendo relevantes en la opinión pública actual.

La foto de Enrique Low Murtra en el homenaje por su nombramiento como Ministro de Justicia me causa dolor al recordar que lo asesinaron frente a la Universidad de la Salle.

Myriam Ochoa, decana de la Facultad de Ciencias de la Educación, fue una mujer muy activa en todo lo relacionado con el Ministerio de Educación y mano derecha de los rectores para lograr la acreditación institucional de los programas de la Universidad.

Raúl Carrera Lastra, decano de la Facultad de Hotelería, era todo un personaje con su buen humor. Recuerdo que usaba el término cachifa para referirse a las estudiantes.

El Dr. Antonio José Cancino, gran penalista y profesor muy querido por los estudiantes, era conocido por ser excelente en sus clases magistrales. Los estudiantes se quedaban con él durante horas, entusiasmados.

Recuerdo la época de la Constituyente, cuando hubo muchos ciclos de conferencias y escritos de las diferentes facultades sobre el tema, con importantes disertaciones. Participaron profesores como Sáchica, Héctor Riveros, Andrés González, el expresidente López y el Dr. Carlos Restrepo Piedrahita.

También hubo eventos académicos sobre la Constitución del 91, con César Gaviria, Fernando Hinestrosa, Carlos Gaviria, Carlos Restrepo Piedrahita, Humberto de la Calle, Augusto Ramírez, Andrés González, Néstor Osuna, Humberto Sierra, Jaime Córdoba y Alfonso Gómez Méndez.

En la Oficina de prensa, trabajábamos cuatro personas en ese entonces: Juanita Salamanca, como directora; Carmen Méndez, como secretaria; Ángel Darío Amaya, como mensajero y yo, como fotógrafa. Ahora, el equipo de la Oficina de Comunicaciones tiene 20 personas y es un fabuloso equipo de trabajo.

Me encanta recordar los paisajes de la nueva sede deportiva El Alcázar. Allí, puedo jugar fútbol, tenis, básquet y voleibol. Fue espectacular la inauguración con juegos artificiales y la siembra de árboles. Pero lo que más me gusta es cuando se realiza la bienvenida a los primerizos. Es como un ritual de iniciación que hace Bienestar Universitario a jóvenes que acaban de salir del colegio.

También tengo una foto muy especial que muestra a los estudiantes que fueron mis alumnos de fotografía de la Facultad de Restauración de Bienes Muebles. Ellos estaban haciendo prácticas de restauración de Pintura Mural en la iglesia de Egipto. Me llena de orgullo ver cómo han crecido como profesionales.

Las caminatas y bellos paisajes promovidos por el Departamento de Bienestar eran guiadas por Francisco Giraldo, a quien conocí como Pacho. Él fue profesor de Economía y coordinador académico de la misma Facultad. Cada mes, un grupo de estudiantes, profesores y administrativos nos uníamos en las aventuras de Pacho.

Al ver la foto de Jesús Antonio Bejarano, o Chucho Bejarano, como le decían sus amigos, me llega la imagen de Mauricio Pérez, quien fue decano de la Facultad de Economía, y la imagen de Homero Cuevas. Los tres eran profesores que admiraba por su cercanía y amistad, tanto intelectual como personal. Pero me duele profundamente saber que estos dos amigos, Chucho y Homero, ya no están con nosotros. A Chucho lo asesinaron en la Universidad Nacional y a Homero se lo llevó un cáncer.

Hay una foto que muestra la multiculturalidad de los estudiantes de diferentes etnias en la Universidad. Me encanta ver cómo nos unimos como una comunidad diversa.

También tengo fotos de José David Cortés Barandica para un artículo sobre la nueva especialización en Derechos de la Infancia y la Adolescencia, y otra para un artículo Predicar y aplicar: una regla para la educación. Me conmueve ver a mi hijo cuando era apenas un niño.

No puedo olvidar el XI Congreso Internacional de Derecho de Familia. Creo que ha sido el congreso más grande, con una excelente organización y una asistencia de por lo menos 700 personas. Fue mucho trabajo, pero todo salió a la perfección. Recuerdo la atención a los conferencistas internacionales y nacionales, las conferencias, los participantes, las actividades culturales, la llegada en tren al Alcázar bajo la lluvia. ¡Todo fue espectacular!

Escuchar hablar al descomplicado profesor Louk Hulsman sobre abolicionismo carcelario y la necesidad de construir alternativas a la criminalización para humanizar a las personas privadas de la libertad de alguna manera me marcó. Por cosas de la vida, con los años, pude participar en algunos proyectos interdisciplinarios realizados en las cárceles La Picota y La Modelo, liderados por Marcela Gutiérrez, directora del Centro de Investigación en Política Criminal de la Universidad, y acompañados por docentes de Patrimonio y la Biblioteca. Ha sido para mí un gran aprendizaje y experiencia de vida.

En retrospectiva, mi paso por la Universidad ha sido una experiencia llena de aprendizajes, retos académicos y momentos gratos que siempre recordaré. He experimentado significativas transformaciones, gracias a la visión de los rectores de esta Casa de Estudios. El Dr. Fernando Hinestrosa ha sido una persona a la que admiro profundamente por su papel como académico, su rol público y su parte humana. Desde el primer día, me brindó su confianza, respeto y la oportunidad de encontrar en el medio académico un enriquecimiento profesional. Descubrí en el lenguaje visual una comunicación que se produce sin palabras, y aprendí a esperar el momento oportuno para capturar la mejor expresión. Siempre he tenido la convicción de que de mi trabajo depende la imagen de la Universidad, de su rector, de sus docentes, de su cuerpo administrativo, de sus visitantes e invitados.

El Dr. Juan Carlos Henao ha sido un humanista y defensor de los derechos humanos, un hombre inteligente y descomplicado que le trajo nuevos vientos a la Universidad. Tuve la fortuna de compartir con él muchos encuentros en los que pude tomar nota sobre libros que empezaron a hacer parte de mi biblioteca personal, de filósofos como Viktor Frankl, Martha Nussbaum y Edgar Morín. Me sentí afortunado por compartir su conocimiento y sus reflexiones cotidianas.

El Dr. Hernando Parra Nieto siempre ha estado cerca de mí, ya que lo conocía siendo secretario del Dr. Hinestrosa y ahora como rector de nuestra Casa de Estudios. Se ha caracterizado por encontrarse con distintos actores de la comunidad externadista para la toma de decisiones, motivo por el cual ahora es protagonista de innumerables fotos (a las que antes rehuía) en eventos que están transformando a la Universidad y, al mismo tiempo, preservando su historia.

En el transcurso de estos años y mirando el archivo fotográfico, me doy cuenta de que en esta Casa de Estudios se han abordado diferentes temas desde distintas perspectivas, y el enfoque principal ha sido la construcción de paz, la justicia, la democracia, la transdisciplinariedad, los derechos humanos y el trabajo colaborativo. He sido testigo de cómo la Universidad se ha convertido en el centro del foco de temas tan relevantes para nuestro país, y estoy agradecido por haber tenido la oportunidad de ser parte de esta comunidad que trabaja por el bien común.