Comunicado del rector

Bogotá, 2 de mayo de 2018

Apreciada comunidad externadista,

Iniciando en el día de hoy mi mandato adicional de tres años como rector de nuestra Universidad, gracias a la reelección que hizo el Consejo Directivo el pasado 11 de abril, quiero dar un mensaje corto, clarificador y esperanzador.

El Externado nació en la lucha, en el debate académico y en la rebeldía, características que le han sido propias en los 132 años de su historia. Desde nuestro origen hemos sido recios para superar las vicisitudes que nos ha deparado nuestra historia, mostrando en todo momento la inagotable fortaleza de la institucionalidad que se ha forjado gracias a los claros principios de nuestro ideario. La comunidad externadista, congregada en torno de los valores que han marcado el camino de nuestro crecimiento, nunca ha permitido que la heredad sagrada pierda su estructura o sea menguada y de allí la solidez que siempre ha mostrado.

Por los motivos enunciados, teniendo como referentes -entre otros- los intercambios de opiniones dados recientemente al interior de nuestra comunidad, se habrán de retomar elementos estimulantes para continuar en nuestra consolidación. De ellos recogeremos y refrescaremos ideas que terminen de garantizar la transición de la institución, luego de 49 extraordinarios años de la rectoría del maestro Fernando Hinestrosa.

Desde que asumí mi cargo de rector hace seis años, tuve claro que mi primer objetivo era mostrar a nuestra comunidad, al país y al mundo, que el Externado de Colombia conservaría inalterada su solidez institucional y académica, luego de la partida de nuestro Maestro, en el convencimiento de que lo primordial era generar la confianza y seguridad en un futuro marcado por los signos del crecimiento, la pujanza y la permanente consolidación de nuestros valores fundantes. Sabía que se trataba de continuar una labor optimizando condiciones académicas, de investigación, de infraestructura, de tecnología, de servicios, de bienestar universitario, de condiciones laborales, etc.

No me cabe la menor duda que ello se logró y que, como lo dije en el informe presentado ante el Consejo Directivo de la Universidad, ante la Asamblea de Profesores y ante la de estudiantes, nuestra universidad ha seguido avanzando en su proceso de continuo mejoramiento, en todos sus aspectos. Somos cada vez más sólidos y respetados. Este periodo también era necesario para vislumbrar los ajustes que nuestra institucionalidad requería y que en varias ocasiones han sido debatidos en el Consejo Directivo de la Universidad, con los decanos, con profesores, con representantes estudiantiles, etc.

Ha llegado el momento, en los tres años venideros, de avanzar en el proceso de revisión, con el fruto cosechado en los últimos seis años, para consolidar la transición hacia una nueva etapa y proteger nuestra institución. Debemos profundizar en el análisis de lo que necesitamos reformar y para qué lo queremos hacer, teniendo en mente que, dentro de los canales que nos ofrece la institucionalidad, se recogerán los aportes que provengan del conjunto de la comunidad universitaria. Se viene una nueva etapa en la cual, entre todos, lograremos los cambios necesarios para que nuestra universidad siga en su camino hacia la mayor consolidación de su nombre, sin perder su norte y su historia. Para ello habrá de entenderse que existen varios estamentos en la universidad que deben participar armónica y conjuntamente. Los convoco a todos, sin excepción alguna, para que con ideas y creatividad hagamos aún más grande a nuestro Externado, canalizando ideas por intermedio de los Consejos Directivos de las facultades, del Consejo de Profesores, de las representaciones estudiantiles y de toda persona de nuestra comunidad que a bien tenga hacer sugerencias para nuestro crecimiento.

Bajo esta óptica, se ha decidido al interior del Consejo Directivo, por ejemplo, que se llamará a elecciones de representantes de profesores a finales del presente año; que las de los estudiantes se harán este año, cuando los actuales representantes terminen su período; que se harán reformas a los estatutos fundacionales; que se estimulará la conformación del Consejo de Profesores y la participación estudiantil; que se establecerá un estatuto profesoral cuyo estudio se tiene avanzado, etc.

El Externado siempre será un faro de la democracia. Como bien afirman nuestras insignias superiores, obtenida la luz luego de las tinieblas, aquella no se extingue. Del Post tenebras spero lucem, se llega al Lux non occidat.

El Externado sigue y seguirá resplandeciente y para ello dedicaré, junto con todos los estamentos de nuestra amada universidad, mi máximo empeño.

Juan Carlos Henao
Rector