Comunicado de rectoría – 21 de abril de 2020

Apreciada comunidad externadista,

Tengo el placer de dirigirme a ustedes para reiterarles mi sentimiento de esperanza, de agradecimiento, de solidaridad y de presencia, y afirmarles que nuestra Casa de Estudios, no obstante las dificultades que todos estamos atravesando, se encuentra sana, sólida y con la mirada puesta al futuro. El Externado nació en la adversidad, sabe de dificultades, las ha vivido y las ha superado, y esta no va a ser la excepción. Profesores, trabajadores, estudiantes, personal administrativo, directivos, todas y todos, estamos contribuyendo, siendo creativos, para superar el presente y consolidarnos en el futuro. Hoy nuestro lema “Educación para la libertad de cara al futuro” realza su sentido. Lo sorpresivo de estas semanas de confinamiento obligatorio, con todos sus avatares, no ha supuesto ni supondrá aturdimiento o inacción. A grandes retos, grandes decisiones.

No quiero ni puedo en esta ocasión referirme a todas las medidas que hemos venido tomando para garantizar la continuidad académica ante la emergencia de la pandemia del COVID-19 en las múltiples áreas de actividad, lo cual haré poco a poco y en días venideros. Quiero centrarme en temas que atañen más específicamente al aspecto académico de nuestra institución, concretamente y sin que su orden implique su jerarquía, a la tecnología, a lo humano y a las evaluaciones académicas, tomando en cuenta datos concretos y reflexiones a partir del diálogo que he sostenido con los distintos estamentos de nuestra colectividad. 

En lo tecnológico, nuestro objetivo fue claro y lo seguirá siendo: disponer de los instrumentos necesarios que permitan continuar la educación remota y virtual, con el menor margen de error posible. Gracias al hecho de que desde hace nueve años existe el Centro de Educación Virtual, así como a los esfuerzos de la Dirección de Tecnología y de la Facultad de Educación de nuestra universidad, hemos logrado resultados importantes. Es apenas natural que haya habido algunos problemas que, con las áreas mencionadas, hemos superado y vamos en pro de mejorar cada vez más. A pesar de los mismos, frente a los datos generales, les puedo decir que durante las últimas tres semanas realizamos 21.080 reuniones virtuales, dentro de las cuales se cuentan 10.568 clases dictadas en pregrado y posgrado. Se dictó el 94% de las clases programadas y en este porcentaje el nivel de éxito tecnológico fue del 94.5%, lo cual supone que se surtieron correctamente. En el 4.5% restante hubo problemas originados, básicamente, por dificultades de escucha o de video no atribuibles a la plataforma tecnológica Zoom, sino al proveedor de internet y al ancho de banda del usuario. Estamos en conversaciones con las grandes compañías de internet en procura de obtener precios especiales a quienes requieran adquirir o fortalecer su ancho de banda. Sin embargo, ya logramos con los proveedores de producto que la comunidad pueda continuar desde sus casas y sus computadores personales con las clases que usan software especializados como Matlab, Adobe CC, SPSS, Argis, entre otros.

Pudimos obtener los anteriores resultados, porque desde el mes anterior se amplió la compra de licencias de Zoom Premium, lo cual ha permitido que toda nuestra comunidad tenga a su disposición el instrumento que permite seguir dictando y recibiendo clases. Contamos con 15.000 licencias para estudiantes, 2.500 para profesores y con tres cuentas para seminarios de hasta 1.000 participantes. Su uso no tiene restricción y puede extenderse a asuntos personales y familiares, tan importantes en estos momentos. Vamos a fortalecer el soporte para quienes en su tarea diaria enfrenten inconvenientes operativos.

Al constatar que no toda la comunidad tenía posibilidad de acceso a internet o a un equipo propio y gracias a un trabajo mancomunado entre estudiantes, facultades y Bienestar Universitario, se detectaron los casos más problemáticos. En una primera ronda de averiguación se pudieron entregar los primeros 20 computadores y también se compraron 500 Sim Card con minutos y mensajes ilimitados y una capacidad de navegación de 30G, que se pueden conectar a teléfonos y que están a disposición del estudiantado y de los profesores que las requieran. Es curioso saber que, si bien la conexión a las clases se hace en el 72% por computador y 9% en tabletas, el 19% se hace por celulares. Estamos en la segunda ronda de ubicación de estudiantes con dificultades y quiero agradecer el espíritu solidario de quienes en un inicio informaron tener problemas y luego que los solucionaron.

En lo humano, hemos tomado medidas para generar tranquilidad en medio de este difícil trance. Es claro que todos estamos afectados, pero también es cierto que la turbulencia no nos ha afectado a todos de la misma manera. Estar en casa no es lo mismo para cada cual, bien sea por el número de personas que componen cada grupo, por los espacios físicos y la tecnología con que se cuenta, por las situaciones particulares de cada hogar, además de las dificultades económicas propias de la crisis que pueden estar afectando a algunas de las familias de nuestra comunidad. 

Para buscar aminorar estos impactos, se decidió suspender una semana toda forma de evaluación; se diseñó una directiva para realización de exámenes –sobre lo cual volveré a continuación-; se encargó a cada uno de los decanos de promover a fondo la práctica de la solidaridad y flexibilidad entre estudiantes y profesores; se fortaleció el equipo de sicólogos del Departamento de Bienestar Universitario de suerte que, al día de hoy, una urgencia recibe atención inmediata y si no lo es se da cita para máximo tres días (se han atendido en las tres semanas un promedio de 22 citas diarias), a más de que se va a fortalecer el grupo de profesionales disponible para atender este tema tan delicado y tan sensible; se están dando orientaciones médicas telefónicas y por intermedio de correo electrónico; se está pendiente de los estudiantes de provincia que se encuentran solos en la capital; gracias al programa Padrinos de la Asociación de Antiguos Alumnos junto con Bienestar se están haciendo acompañamiento por exalumnos y estudiantes a quienes requieran ayuda, incluida económica. Además, cada facultad de manera espontánea y con sus directivos y estudiantes ha realizado numerosos programas virtuales que van desde cocina hasta música rumba; Bienestar ha reactivado gran cantidad de los cursos que ofrece así como los grupos culturales, en recursos humanos se han hecho programas especiales para trabajadores y sus familias, sin dejar de mencionar todas las actividades académicas como conferencias y conversatorios que han ofrecido los profesores, dando muestra de su compromiso con la academia, a más de todas las actividades que ha programado la Biblioteca. Todos los anteriores programas pueden ser consultados en la página web de la universidad y los animo a seguirlos. En lo atinente a nuestra población de etnias, se han enviado mercados y se ha estado en contacto con sus miembros. Si bien con los estudiantes que se encuentran en el exterior hubo al inicio dificultades de comunicación, hoy se está en contacto con cada uno de ellos y podemos informar que hubo un caso crítico de contagio en España, que ya está recuperado. Similar seguimiento se ha hecho con los becarios. Todas las anteriores ideas están en curso y espero su colaboración para seguirlas aumentando.

Partiendo de que lo académico está íntimamente relacionado con los dos puntos anteriores y que nuestro objetivo es mantener la situación de bienestar de nuestro estudiantado, profesorado y personal administrativo, les comento las siguientes instrucciones, que se han dado o se darán en aras de lograrse que, siguiendo con el buen nivel académico tan respetable como nuestra institución, nos adaptemos aún más a la actual situación.

En primer lugar, quiero reiterar o informar decisiones que se han tomado: los profesores tienen el deber de buscar el mayor grado de consenso con los estudiantes para efectos de definir la forma de evaluación, dentro de la inmensa paleta que existe para tal propósito. He dado instrucciones a los decanos para que encuentren y desarrollen sucedáneos para las prácticas como requisito de grado, y las prácticas y pasantías presenciales. Del mismo modo, he dado la directriz de incorporar mecanismos o metodologías de evaluación en línea con las propuestas y recomendaciones formuladas por la Facultad de Educación y el Centro de Educación Virtual, y que en este proceso el estudiante tenga dos o más evaluaciones por período académico, sin acumular la materia examinada.

Desde la semana anterior se han venido desarrollando los exámenes, tanto en pregrado como en posgrado. Los resultados son satisfactorios, pues los docentes han incorporado nuevas metodologías, buscando con ello cumplir con los objetivos pedagógicos y tener en consideración la actual situación. Los problemas técnicos que se han presentado son numéricamente marginales y los profesores han procurado darles solución dentro del marco de flexibilidad que nos anima. Por ejemplo, en el evento de un estudiante al cual se le cayó internet durante el examen oral, la situación se superó mediante un examen telefónico; en otro caso, algunos estudiantes que presentaban un examen escrito no pudieron acceder al cuestionario, por lo cual se dio la instrucción de repetirles el examen. Se trata de un proceso que iremos mejorando progresivamente y al que estamos prestando la mayor atención.

En segundo lugar, otras medidas de flexibilidad académica serán puestas en consideración del Consejo Directivo de la Universidad, por tratarse de situaciones contempladas directamente en los reglamentos cuya expedición o revisión corresponde a dicho organismo. Les estaré informando oportunamente.

Quiero reiterar mi agradecimiento a todos los miembros de nuestra comunidad. Muy especialmente al Consejo Directivo de la Universidad y los decanos, los Consejos de las facultades, así como a los representantes estudiantiles y el constructivo Live que realizaron en Instagram y que aportó muchas ideas, como espero seguir recibiendo.

No quiero finalizar sin compartirles una reflexión que en lo personal me ha resultado de gran utilidad. Es claro que en momentos como el actual la incertidumbre azota el espíritu y genera angustias. A todos nos está ocurriendo y sentimos inestabilidad y enormes dificultades a sobrepasar. Ello no obsta para que, en cualquier circunstancia los seres humanos debemos realizar nuestro mejor esfuerzo para controlar la zozobra y las angustias, para tener una mayor auto exigencia individual. En la medida en que cada quien pueda estar mejor en su piel y en su alma, mejor aportará a su familia, a su entorno y a la sociedad. Como dijo Morin: “la vida es un océano de incertidumbres, con archipiélagos de seguridad; no a la inversa”. Soy consciente de lo difícil que resulta en estos momentos hacer una oda a la incertidumbre, pero debemos –y no solo en circunstancias como las actuales- aprender a convivir más con ella, porque eso libera y tranquiliza.

Es ahora cuando debemos mostrar grandeza, aún en las diferencias, pues ellas son fundamento esencial de nuestra filosofía y manera de ser. La unidad nos permitirá enfrentar con mayor fortaleza este difícil momento y para ello, si bien la crítica será un elemento de nuestra cotidianidad, debe ser constructiva y estimulante para todos. Continuaremos, reforzaremos, mantendremos en alto nuestro nombre y comunidad.

Por el Externado y para el Externado.

Post tenebras spero lucem.

 

Juan Carlos Henao
Bogotá, 21 de abril de 2020