Invitación por parte del Club amigos de la Ópera Fernando Hinestrosa

Fecha: 21 de septiembre de 2017

Hora: 3:00 pm - 5:00 pm

Lugar: Teatro del edificio A

El Club invita a toda la comunidad externadista a participar en la proyección de la ópera francesa ‘Los cuentos de Hoffmann’ el próximo 21 de septiembre en el teatro del edificio A.

Las obras de Theodor Amadeus Hoffmann, escritor, jurista, dibujante y compositor, entre otras, tuvieron un éxito resonante en Francia, y, en 1851 se presentó en el teatro El Odeón un drama fantástico de Jules Barbier y Michel Carré, llamado Los Cuentos de Hoffmann, en el que se evocaba en un ambiente fantástico, la vida y obra del alemán.

En esta oportunidad la reconocida ópera será proyectada en el teatro de nuestra Casa de Estudios seguido por una copa de vino para los asistentes.

Descripción de la ópera:

Director: Louis Erlo

Director musical: Kent Nagano

Coro y orquesta: Ópera De Lyon (Francia)

 Personajes:

  • Hoffmann (Tenor, Daniel Gálvez-Vallejo)
  • Lindorf, Coppelius, Dr. Miracle, Dapertutto (Barítono, José Van Dam)
  • Crespel, Spalanzani, Schemil (Barítono, Gabriel Bacquier)
  • Antonia (Soprano, Bárbara Hendricks)
  • Olympia (Natalie Dessay)
  • Giulietta (Isabelle Vernet)
  • Niklausse (Brigitte Balleys)
  • Madre De Antonia (Helena Jossoud)
  • Stella (Lisette Malidor)

Primer acto (Prólogo)
En el café de un club de cultura, la Musa espera al escritor Hoffmann, que atraviesa desde hace tiempo por una crisis creativa. Algo así no puede gustarle a ninguna musa. Y menos cuando la imaginación artística de su admirado, Hoffmann, sufre a causa de su pasión por una cantante llamada Stella.  La Musa decide transformarse en Niklaussen, el amigo de Hoffmann, para poder estar a su lado sin ser reconocida. Tras la llegada al bar de un tal señor Lindorf (que también está enamorado de Stella), aparece por fin Hoffmann. Al café han llegado numerosos clientes, quienes intentan persuadir a Hoffmann para que les narre la historia: “Pequeño-Saqueo” y así distraerlo de Tristeza.  Hoffmann es consciente, pero sus pensamientos vuelven una y otra vez a Stella.  Luego de una disputa con Lindorf, Hoffmann se muestra dispuesto a contarles a los presentes las tres grandes historias amorosas de su vida; las de las damas Olympia, Antonia y Giuletta, cuyas diferentes particularidades en sus respectivas personalidades él ha aunado en Stella. Esta propuesta es recibida con entusiasmo, y Hoffmann inicia su narración.

Acto dos (Olympia)
El inventor Spalanzani ha construido una muñeca mecánica que imita la apariencia de una joven dama con un gran realismo, y a la que presenta como su hija Olympia.  Coppelius, al que debe dinero por la fabricación de los ojos de Olympia, le tranquiliza con la promesa de un cheque que ha dejado en el banco.  Hoffmann, que también se encuentra en el laboratorio de Spalanzani, se ha enamorado de Olympia. Hoffmann ha conseguido unos anteojos con los que ve definitivamente a Olympia, como si de una joven dama de carne y hueso se tratara.  Su euforia es imitada.  También los invitados que han ido llegando, mientras tanto, se muestran entusiasmados con la muñeca. Por su parte, Spalanzani alimenta la preocupación, a partir de la presentación, de que su invento pueda ser sobrevalorado.  Esto se confirma cuando Olympia pierde el control frente el creciente algarabío.  Coppelius, que ha comprobado que el cheque prometido no está cubierto, quiere vengarse de Spalanzani, se apropia de Olympia y desconecta el mecanismo de funcionamiento.  Sólo entonces empieza Hoffmann a sospechar que en su pasión por Olympia puede haber pasado por alto algunos detalles decisivos…

Acto tres (Antonia)
Antonia añora a su gran amor Hoffmann, pero su padre, Crespel, la mantiene alejada de la influencia del escritor.  Además, ha conseguido que su hija le prometa que va a renunciar a su pasión artística, el canto. Crespel teme que Antonia pueda correr la misma suerte de su difunta madre, que también había sido cantante.  A los ojos de Crespel, su mujer falleció por el ejercicio de su arte.  Hoffmann, que por fin ha hallado de nuevo a su amada Antonia, se entrega a su gran alegría por el reencuentro.  Cuando Crespel aparece inesperadamente, Antonia huye.  Hoffmann, que se mantiene oculto para descubrir por qué Crespel intenta mantener alejada a su hija de él, asiste al encuentro de Crespel con un tal doctor Miracle.  Se entera así de cómo éste le ofrece a Crespe sanar la enfermedad de su hija.  Sin embargo, Crespel, que relaciona la muerte de su esposa con el doctor Miracle, le pide al invitado indeseado que se vaya.  Pero éste ignora la sugerencia.  Hoffmann, que se ha enterado así de la amenaza que se cierne sobre Antonia, intenta poco después arrancarle la promesa a su amada de no volver a cantar.  Antonia accede, pero está convencida de que Hoffmann se ha aliado con su padre.  Cuando finalmente, ella misma se encuentra con el doctor Miracle y se ve acosada por éste, invoca la ayuda de su difunta madre.  Cuando suena su voz, Antonia toma una decisión: quiere seguir siendo artista.

Acto cuarto (Giulietta)
Mientras Niklausse canta junto a la cortesana Giulietta la inconstancia del amor, Hoffmann crea una oda al vino y al fuego, y en su canto jura no volver a caer en el amor por una mujer.  Sin embargo, Giulietta, que recibe como obsequio diamantes de parte de Dapertutto,  a cambio de robarles a hombres jóvenes su sombra e imagen, recibe el encargo de éste de seducir a Hoffmann.  Schlemil, al que la cortesana le robó antaño su sombra, reacciona con celos a los intentos de Giulietta por atraer al escritor.  Giulietta evade la situación al proponer divertirse en la mesa de juego.  Mientras esto ocurre, Hoffmann se siente cada vez más atraído por las artes seductoras de la cortesana.  Cuando finalmente Giulietta se retira, Hoffmann le pide Schlemil que le entregue la llave del dormitorio de Giulietta, cuando éste se niega, Hoffmann mata a su adversario y, perturbado por el homicidio y cegado por el amor, le promete a Giulietta su imagen en el espejo.

Acto quinto (Epílogo)
Los presentes en el café del club de cultura se muestran curiosos por la reacción de Hoffmann ante la inminente llegada de Stella.  Para su sorpresa, ven a Hoffmann sumido en su estado de ofuscación.  Sucesivamente confunde a Stella con Olympia, Antonia y Giulietta y, finalmente, se aparta.  Después de contar el final de la historia del “pequeño saqueo”, Hoffmann cae en la inconsciencia.