Diplomado Estructura Financiera de las Instituciones Culturales

Bogotá - virtual

96 horas

Valor de la inversión: $1.200.000


Las instituciones culturales enfrentan importantes desafíos en su sostenibilidad debido a las problemáticas de carácter financiero que, en muchas ocasiones, amenazan el cumplimiento de la misión y objetivos de dichas organizaciones.

Esta situación ocurre por varias razones. Una de ellas es la identificada por los economistas Baumol y Bowen (1996), cuyo análisis cuantitativo concluye que mientras otros sectores económicos incrementan progresivamente sus niveles de productividad –a través de mejor capacitación de sus trabajadores, de cambios tecnológicos, de mayores niveles de producción- sus costos unitarios se reducen. Sin embargo, en el sector cultural no es posible obtener esas ganancias en productividad y, por lo tanto, no es posible reducir los costos (Jaramillo, 2006). Dicha hipótesis se conoce como ‘la enfermedad de los costos’.

Otra de las razones de los problemas de financiamiento del sector ocurre debido a que los bienes culturales tienen características que no generan ni rivalidad, ni exclusión en su consumo, es decir, el hecho de que una persona disfrute de una colección museística no le resta disfrute a otra persona que lo haga; de igual manera todas las personas pueden disfrutar de la colección. Este tipo de bienes en economía se conocen como bienes públicos puros.

Las características mencionadas tienen repercusión en la apropiación de ingresos por parte de empresarios, pues el disfrute de los contenidos y el conocimiento que estos producen en el consumidor no pueden ser capturados por ellos. En ese sentido, este tipo de bienes no genera incentivos suficientes para la apropiación de derechos por parte de un empresario. El resultado es que los bienes no logran ser suministrados a no ser por algún tipo de contribución colectiva y así la asignación de recursos a través del mecanismo de precios no genera la producción socialmente deseable de bienes y servicios (Towse, 2011).

Todas estas razones generan dificultades en el financiamiento de las instituciones de patrimonio cultural, y requieren la intervención del Estado o los procesos de responsabilidad social de empresarios para garantizar su sostenibilidad.

Las intervenciones de agentes externos en el financiamiento exigen un análisis cuidadoso de los costos de la organización y es por eso que se requiere conocer su estructura financiera y, las características y naturaleza de cada uno de los elementos involucrados en dicha estructura.