‘Un libro por centavos’ se une a las voces de reconciliación y justicia contra la violencia

La Colección ‘Un libro por centavos’ dedicó su encuentro de poesía a las víctimas de la violencia en Colombia de la última semana.  

El pasado domingo 13 de septiembre, día en que Bogotá realizó una jornada de reconciliación y justicia por los asesinatos ocurridos durante la semana, ‘Un libro por centavos’ y los poetas reunidos en el “Segundo Encuentro de Poesía y Violencia”, decidieron, de común acuerdo, dedicar la lectura y el diálogo a todas las familias de los jóvenes que perdieron la vida y de los civiles y policías heridos que se encuentran recuperándose en hospitales de la ciudad, para unir la palabra poética al clamor de justicia de los colombianos.

“La poesía es un arma cargada de futuro… Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son lo más necesario: lo que no tiene nombre. Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos…”, con estos versos, el poeta Gabriel Celaya, invita a protestar, a levantar la voz, a tomar acciones y, por medio de este lenguaje, reflexionar y tomar conciencia de la importancia de la memoria de un país y de que callar no es el camino.

Este encuentro fue particularmente especial, hubo confesiones individuales que nos dejaron sin aliento, por ejemplo, Lauren Mendinueta, poeta joven que vive en Lisboa, leyó un poema a su abuelo asesinado en Fundación, durante los años críticos de los 90 y confesó que “sabe perfectamente el día en que perdió su niñez, fue cuando su abuelo recibió una bala perdida cuando dejó de mirar el mundo con la inocecia de una niña”.

Luz Mary Giraldo por su lado, relató que “ella es hija de la zozobra bipartidista de mitad del siglo XX”, y afirmó que “el poeta deber estar a tono del momento histórico y que es imposible guardar silencio”.  Juan Carlos Galeano poeta que vive en Estados Unidos, recordó que “la violencia no solo es entre los hombres sino también, contra todas las especies y los lugares del planeta”. María Ángeles Pérez López, poeta española, resume que “la posesía tiene mucho por hacer, es relevante, algo de lo que dice el poeta ayuda a afinar nuestra sensibilidad, a ser conscientes de cuánto se juega en términos de vida y muerte, de lo que somos y soñamos, sobre todo de lo que soñamos”.  Henry Alexander Gómez recordó el papel de la mujer en la poesía y habló de una de las primeras poetas mujeres, “Emilia Ayarza, quien se atrevió en los años 50, a escribir por primera vez, versos sobre el conflicto armado en Colombia”.

Por último, Ómar Ortiz relató que “la violencia ha estado presente en nuestra poesía desde tiempos de la Colonia hasta hoy y finalizó su intervención con una metáfora para denunciar la corrupción en Colombia refiriéndose al ‘Túnel de la violencia’ en el que nos han vuelto a meter, que cuesta más que el Túnel de la Línea que acaban de inaugurar con bombos y platillos”.

El encuentro terminó con una ronda de lectura de poemas; acá una muestra de dos breves:

8

En el vano se balancea la cuerda del ahorcado sin su cuerpo.

Bajo los escombros yace el árbol que tuvo pájaros

y fue refugio de ardillas.

Un rumor de alas atraviesa el espacio vacío rompe el silencio sobre la mancha de cajones

en el Camposanto.

El alfabeto no alcanza a escribir los nombres que deja el desasosiego.

Luz Mary Giraldo

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Aquí y allá, en el recuerdo, en la realidad

Cuando miro hacia atrás,

hacia los años primeros de mi juventud,

veo El Danubio, la finca de mis abuelos,
sus naranjales, el arroyo,

la capilla en la que no se casó nadie,

el pozo, la sierra,

el gato montés con sus ojos esmeralda,

la gruta,

el murciélago muerto que enterré con mis primos,

la mecedora de mi abuela en el portal de la casa.

Detrás de todo eso

⎯enloquecida, irritada, resuelta⎯

la violencia, siempre ella,

corriendo hacia nosotros

como una yegua desbocada.

Lauren Mendinueta