Todos somos potenciales voluntarios

Un voluntariado suele pensarse desde una formación especial o una profesión particular. La realidad es que todos los seres humanos somos potenciales voluntarios.

Sin embargo, en Colombia, la fuerza de la donación de tiempo -para compartir con otros- no es tan extendida como algunas poblaciones lo requieren. Para marcar una huella, diferentes facultades de la Universidad Externado de Colombia han aunado esfuerzos con la Biblioteca del Alma Mater. De este modo, se viene trabajando en “Conocer dejando huella” como proyecto que, desde el Programa de Extensión, se adelanta en el barrio Egipto.

Es un proyecto nuevo, pero es sólido. De un lado, capacita a los potenciales voluntarios y les brinda herramientas para desarrollar actividades con poblaciones vulneradas y vulnerables. De otro lado, posibilita el desarrollo de capacidades y habilidades que los estudiantes adquieren en sus respectivas áreas de conocimiento. De esta manera, “Conocer dejando huella” se convierte en un verdadero espacio de aprendizaje interdisciplinario, que físicamente se concreta en la Biblioteca barrio Egipto y en el ancianato La Divina Providencia, que están en el área de influencia de la Universidad.

Como lo anota la estudiante de sociología, Laura Marín: “Conocer dejando huella” permite “un escape de los espacios académicos que son avasalladores (con textos y ensayos), para entregarse a la lectura de lo social y permearse por inagotables huellas de los otros y las otras, que son las que construyen y alimentan…”. En el territorio, al decir de Felipe Moncada, estudiante de sociología, de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, las dinámicas sociales cobran una mayor dimensión. Señala que: “todos los días hay algo que aprender”.

Para otros estudiantes, como es el caso de Jaime Andrés Sánchez, de la Escuela de Gobierno, de la Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales, tomar esta opción de voluntariado le permite reforzar sus habilidades de “planeación, organización del tiempo, oratoria, solución de controversias y manejo de grupos”.  Otros, como Mariana Astorga, se proyectan para la formulación de políticas públicas. “Este voluntariado ha tenido gran impacto en mí (como persona), y sin duda lo tendrá en mi desarrollo profesional”, dice.

Algo en lo que muchos de los estudiantes coinciden es en la sorprendente manera de desbaratar estigmas sociales de las personas que viven en barrios marginales y vulnerables. El entrar en contacto con la inocencia de los chicos y las chicas que habitan a pocas cuadras de la Universidad; conocer de primera mano sus alegrías y motivaciones, así como sus preocupaciones, le ha permitido a Natalia Romero, crecer como futura comunicadora social-periodista. “Es la realidad ante los ojos, y es algo que no tiene precio”.

Un educando de la Facultad de Derecho como lo es Juan David Díaz, no duda en señalar que en “Conocer dejando huella” se adquieren conocimientos prácticos y se logran entender otras realidades que “me dan pistas sobre la diversidad y complejidad de país en el que voy a trabajar”, según subraya.

Las experiencias son variadas y hay tantas como estudiantes involucrados en este proyecto que lidera la Biblioteca de la Universidad, la Facultad de Educación y la Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales, que semestralmente plantean el desarrollo del proyecto que ya se empieza a tener reconocimiento en la Comunidad Externadista. En el primer semestre de 2019, cerca de 20 estudiantes de Derecho, Ciencias Sociales y Humanas, Administración de Empresas, Administración de Empresas Turísticas y Hoteleras, Comunicación Social también se han unido porque cada vez hay más conciencia de que todos somos potenciales voluntarios para impactar positivamente en el territorio donde se pasa más horas del día: en la universidad y sus alrededores.

Lo que es un hecho es que el Barrio Egipto, en particular, y la localidad de La Candelaria, en general, cuentan con una comunidad que siempre ha estado luchando por existir. Una sociedad que a pesar de la marginalidad intenta salir adelante, y que hoy por hoy trabaja de la mano con profesores y estudiantes de la Universidad en los Programas de Extensión para que se revierta ese conocimiento. Para lograr sinergias entre saberes. Para transformar y buscar que esas acciones sean sostenibles en el tiempo. Como sostiene Michael Henao, estudiante de sociología, “si bien nos acercamos más a las personas, ellos son los que dejan huella en nosotros porque aprendemos más allá de conceptos abstractos”.