Los avances de la paz: ‘unas de cal y otras de arena’

En el marco del ciclo de conversatorios “Turismo y Posconflicto”, la Facultad de Administración de Empresas Turísticas y Hoteleras, invitó a Ariel Ávila, subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación, quien hizo su balance de la situación actual del posconflicto.

Con la presencia de estudiantes de la Facultad, docentes y funcionarios administrativos, Ávila expuso la difícil situación que se vive actualmente en el país, a pocos meses de cumplirse dos años de la firma del acuerdo entre el Gobierno Nacional para dar daba por terminado el conflicto armado con este grupo, después de 50 años de guerra.

En referencia al documento “Cómo va la paz 2018”, Ávila destacó cómo este año el Gobierno Nacional puso en marcha la implementación de los mecanismos para garantizar y satisfacer las necesidades y los derechos de las más de ocho millones de víctimas que dejó el conflicto armado. Entre los varios resultados positivos, el invitado señaló:

Las cifras demuestran que varios de los delitos de lesa humanidad que cometían miembros de las Farc han descendido; el desplazamiento disminuyó ostensiblemente: entre 2016 y 2017, pasó de más de 120.000 a 75.000; los afectados por minas anti-persona pasaron en 2006 (el peor momento) de más de 1200 a 56 en 2017; los secuestros están en su nivel más bajo en las últimas tres décadas. En 2017 se cometieron 180 secuestros, mientras que, en el peor momento, finales de los años noventa del siglo XX, se superaron las 3000 personas secuestradas. Y aunque los homicidios venían en un descenso marcado a nivel nacional desde 2012, en 2017 la tasa de homicidio se equiparó con la de 2017, con un leve aumento en un grupo de municipios.

Pero no todo son buenas noticias, como explica Ávila: el Gobierno se está enfrentando a grandes retos en la implementación de varios puntos del acuerdo y surgen muchos interrogantes sobre la manera como el presidente Duque va a asumir este desafío. El conferencista recordó cómo el nuevo mandatario ha dicho que quiere la paz, “pero no así”, y eso genera gran incertidumbre.

En estos dieciocho meses, agregó Ávila, son muchos los obstáculos que no se han podido superar. Por un lado, algunas zonas dejadas por las Farc comienzan a tener problemas delicados de seguridad; allí los homicidios han aumentado, se presenta un copamiento por parte de organizaciones criminales y varias de estas zonas son teatros de guerra. En segundo lugar, la política de reincorporación afronta problemas complejos; apenas ha sido aprobado un proyecto productivo para exguerrilleros, muchos aún no están bancarizados y no hay tierra para desarrollar iniciativas de desarrollo económico.

En tercer lugar, el Estado, aunque tiene recursos económicos, no ha sido ágil en ejecutarlos. Por último, hay problemas muy graves que no han logrado resolverse como la victimización a líderes sociales. Además, los programas como los Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET) y el Programa Nacional Integral para la Sustitución Voluntaria de cultivos Ilícitos (PNIS), no logran dar respuesta a las problemáticas inmediatas de las comunidades, algunas de las cuales ya han empezado a tomar justicia por sus propias manos y están sintiendo la debilidad del Gobierno en implementar los acuerdos pactados.

“Debemos tener en cuenta que el conflicto armado en Colombia ha sido uno de los más largos de la historia; entonces no vamos a llegar a una paz estable de un día para otro. Ahora han pasado dos años y en todo posconflicto se viven (dos etapas fundamentales): tres años de estabilización y cinco a diez años de normalización”, apunto Ariel Ávila.

Durante el encuentro, el invitado respondió varias preguntas de los estudiantes e invitó a conocer este estudio en el cual se presenta con más detalle cada uno de los retos a los que aún se enfrenta el país y en especial en lo qué vamos.