Regulación de la incertidumbre en la sociedad actual

El experto Andrés Mauricio Briceño sustentó cómo la anulación de iniciativas que pueden afectar el medio ambiente no puede ser una solución aceptable pues, con frecuencia, “el remedio puede ser peor que la enfermedad”, porque se ponen en juego múltiples derechos de la comunidad.

Briceño es docente e investigador del Departamento de Derecho del Medio Ambiente del Externado, doctor en Derecho Administrativo de la Universidad Carlos III de Madrid y posdoctorado de la misma universidad. Su conferencia se tituló “Características de la sociedad actual: regulación de la incertidumbre”.

Tras poner de presente una realidad según la cual bajo cualquier iniciativa humana o proyecto en el que interviene la tecnología, subyace necesariamente cierto nivel de riesgo que, a su vez, genera incertidumbre y miedo en la sociedad, el conferencista se pregunta: ¿qué pasaría si ante ese riesgo inevitable nos abstenemos de desarrollar cualquier propósito?

El conferencista criticó algunas decisiones recientes de la Corte Constitucional que ha optado por prohibiciones (p.e. caso Cerromatoso) y dijo que las restricciones planteadas a proyectos que, eventualmente impactan el medio ambiente, son el resultado de una administración de justicia impulsada por el miedo de la comunidad

¿Qué hacer entonces? Apoyándose en teóricos europeos, Briceño se concentra en la necesidad que tienen sociedades como la nuestra de gestionar adecuadamente el riego y reducirlo a sus justas proporciones. Así, los entes estatales que señalan políticas o que toman decisiones judiciales deben estar respaldados por el conocimiento científico alrededor de los riesgos reales de determinada iniciativa. Es necesario que se realicen evaluaciones cualitativas y cuantitativas, con el apoyo de los científicos. Eso, por supuesto, no elimina en su totalidad la incertidumbre, que es inherente al mundo de la ciencia. “Los progresos de la humanidad, dijo el conferencista, traen una serie de contingencias que hay que moderar, asumir, cuestionar”.

Lo que sí resulta de una irresponsabilidad increíble es, por ejemplo, que en el país hace 20 años no se actualizan las técnicas y los modelos para la construcción de represas, opinó el conferencista.

Otro aspecto fundamental es la necesidad de redireccionar el sistema sancionatorio que debe pasar de la política, tan arraigada, de negación o cierre de iniciativas, hacia la realización de ajustes que los hagan viables y de interés público.

Al resumir, finalmente, el sentido de su intervención, Briceño concluyó que, de lo que se trata es de buscar herramientas inteligentes que nos permitan un equilibrio entre la civilización y el medio ambiente.