Niños y niñas que crecen en instituciones tienen hasta 6 veces más probabilidades de sufrir violencia física

Expertos en infancia y adolescencia se dieron cita en el Externado, en un simposio internacional donde se estudiaron alternativas a la institucionalización de los niños y niñas.

Mientras el país vive mínimos históricos en muertes de soldados y civiles en medio del conflicto armado, Medicina Legal prendió las alarmas por el aumento de la violencia intrafamiliar en Colombia.

Según un reciente informe de la entidad, los niños son las principales víctimas de los más de diez mil casos de maltrato conocidos por Medicina Legal, provocados en la mayoría de casos por los padres o cuidadores del menor.

Ante esa coyuntura, expertos en temas de niñez se dieron cita en un simposio internacional organizado por la Universidad Externado y Aldeas Infantiles SOS Colombia, donde, con aportes desde la teoría del apego y las neurociencias, se socializaron diversas alternativas a la institucionalización infantil, por medio del fortalecimiento familiar.

Para Natalia Varela, docente del Externado con experiencia en desarrollo infantil en agencias como UNICEF África y quien estará en el simposio, “la institucionalización es la primera opción que tienen los países para proteger a los niños, aun cuando varias investigaciones evidencian los efectos negativos que tiene este sistema en la infancia, como afectaciones en el crecimiento físico, las funciones cognitivas, el neurodesarrollo o la salud mental”.

Incluso, el más reciente Informe Mundial sobre la Violencia Contra Niños y Niñas evidenció que la institucionalización es un riesgo, ya que los menores de edad que crecen en instituciones tienen hasta seis veces más probabilidades de sufrir violencia física y cuatro veces más probabilidades de sufrir abuso sexual, que si estuvieran bajo la protección de modelos basados en entornos familiares.

No obstante, en ese punto surge un interrogante pues, si la institucionalización es un riesgo, entonces la solución es la protección familiar. ¿Pero si la familia no protege al menor, cómo se debe actuar?

La experta explicó que, según las directrices de cuidado alternativo de Naciones Unidas, hay dos principios que deben tenerse en cuenta antes de institucionalizar a un menor. El primer criterio es la necesidad y el segundo, la idoneidad.

“¿Es necesario sacar al niño de la familia?, ¿el nuevo lugar al que llegará es el adecuado para su crecimiento?, esas son las preguntas que debemos hacernos, siempre pensando en el bienestar del menor”, señaló.

Para la investigadora, en los casos en los que es necesario apartar al niño del hogar, existen alternativas como hogares sustitutos con familias de acogida, especialmente cuando el menor es de 0 a 3 años.

“Los niños más grandes, generalmente no se adaptan a la familia, por eso debe buscarse otro mecanismo de atención, pero angustia que en instituciones no hay cuidado personalizado al menor, por lo que no se responde oportunamente a las señales del niño”, concluyó.

Por su parte, Ángela Rosales, Directora Nacional de Aldeas Infantiles SOS Colombia –organización internacional con presencia en 134 países–,  afirmó que “las estrategias que buscan el fortalecimiento de la familia como figura principal del cuidado de los niños, niñas y adolescentes, son de suma importancia, no solamente para la prevención de la violencia y todos sus efectos, sino también para garantizar el desarrollo infantil en un ambiente seguro y protector, en donde no se vulneren sus derechos”.

Otro de los temas claves que se trataron en el simposio, fue el del maltrato infantil y su relación con el apego.

Para Pablo Muñoz, docente del Externado, doctor en Psicología Clínica Infantil y uno de los conferencistas invitados, “el apego que un niño o niña genera con un padre o cuidador maltratador incide significativamente en el nivel de desarrollo del menor de edad y trae consecuencias significativas en su salud mental”.

Esto se relaciona con algunos datos proporcionados en la más reciente Encuesta de Salud Mental, donde se estableció que cerca del 20 por ciento de las mamás y papás colombianos aceptan el castigo físico como una forma de crianza.

Entre los conferencistas que asistieron se destacan Rafaella Torrisi (Ph.D), invitada Internacional de la Universidad de Laussane-Suiza; George Tarabulsy (Ph.D) Director Científico Centre de Jeunesse-Quebec, Profesor Universidad Laval-Canadá; Isabel Cuadros MD (Psiquiatra), Directora Asociación Afecto Colombia; Sandra Juliana Plata (M.sc), Directora del programa de Psicología de la Pontificia Universidad Javeriana.

Por parte del Externado, participaron Natalia Varela (PhD), área de estudios de Familia, infancia y sociedad; Izabel Solyszko (PhD), área de estudios de Familia, infancia y sociedad; Pablo Muñoz (D.psy), área de Salud, conocimiento médico y sociedad y Juan Carlos Caicedo (MD, Ph.D), área de Salud, conocimiento médico y sociedad.