Aeróbicos para todos los gustos, dirigidos por una bogotana que rescata las capacidades individuales

En el último ‘sondeo’ organizado por sus cinco hermanos para indagar por la salud de todos los integrantes de la familia, Yolanda Pulido Almeciga fue catalogada como la persona menos propensa a enfermarse: solo de vez en cuando la ataca una gripa suave, y la actividad física es la responsable de mantenerla con bajos niveles de estrés y llena de energía.

Ese estado de salud óptimo, en los planos físico y emocional, es el que, precisamente, esta docente del departamento de Bienestar Universitario promueve entre la comunidad externadista, por medio de sus clases diarias de aeróbicos, con tres grados de dificultad, según la experiencia de los asistentes, y en distintas modalidades para garantizar un trabajo integral del cuerpo.

A Yolanda Pulido, el amor por el deporte se lo inculcó su mamá, quien la llevaba al parque a jugar baloncesto cuando apenas era una niña e, incluso, la sacaba temprano de la casa durante la temporada de vacaciones porque quería que usara su tiempo libre de manera eficiente. Pero a los aeróbicos, una disciplina deportiva creada por el doctor Kennet H. Cooper, como un sistema de entrenamiento para militares estadounidenses, la entrenadora Pulido llegó hace aproximadamente 17 años por influencia de un amigo con el que había compartido la danza. Él la invitó a participar en un grupo de formación en la Universidad Pedagógica Nacional, y luego la contactó con la caja de compensación Compensar donde empezó a dictar sus primeras clases.

Antes de vincularse al departamento de Bienestar Universitario del Externado, la profesora Yolanda pasó por algunos gimnasios de la ciudad y ya cuando trabajaba para nuestra Casa de Estudios obtuvo el título de Licenciada en Educación Física, Recreación y Deporte de la Corporación Universitaria Cenda, tras desarrollar un proyecto de grado denominado “Adaptación del deporte del baloncesto convencional para la población con parálisis cerebral”.

Además, esta bogotana cuenta con especializaciones en Entrenamiento Personalizado y en Deporte de Alto Rendimiento para Personas con Parálisis Cerebral.

“Aquí en la Universidad Externado de Colombia yo llevo 14 años y me gusta mucho, porque el que llega se va acoplando al grupo, se ayudan unos a otros y hacen amigos, eso me parece interesante”, comenta la entrenadora Pulido. “Mi formación va más desde la parte médica, desde la parte clínica, y está enfocada en el fitness, que es prevenir lesiones por medio de la actividad física. Muchas personas dicen: ‘no, es que el deporte causa lesiones’. Si es un deporte de alto rendimiento, por su exigencia, puede ocasionar daños; pero si es un deporte de mantenimiento y va dirigido a la prevención de enfermedades, entonces ayuda a mejorar la calidad de vida”, agrega la docente al hacer referencia a su enfoque metodológico.

A las clases diarias de Yolanda (consultar horarios), tal como ocurre con las de rumba, principalmente llegan representantes del género femenino porque, según comenta la docente, a nivel social persiste la idea de que los aeróbicos son solo para las mujeres. “No entran por pena… Sí he tenido uno que otro muchacho un poquito más fuerte en su personalidad que dice: ‘yo lo hago y ya, no tiene nada. Yo vengo acá a hacer ejercicio”, señala Pulido acerca de la participación masculina en las sesiones a su cargo, las cuales se realizan en el Salón de los Espejos, ubicado en la casa de Bienestar (calle 12 No. 0-40).

Uno de los atractivos principales de este espacio de formación deportiva es su variedad, reflejada en las modalidades y en los niveles de dificultad. Por ejemplo, la instructora hace coreografías unos días; enseña Kick Boxing en otras jornadas; trabaja tonificación, bien sea con bandas, balones de estabilidad o con el propio peso corporal; dirige clases de Step, usando uno, dos o tres plataformas y ofrece entrenamiento funcional con diferentes elementos. Y como no todas las personas tienen conocimientos previos, ni aprenden al mismo ritmo, el grupo se divide de acuerdo con la experiencia de cada estudiante en los niveles básico, intermedio y avanzado.

“Si hasta ahora están comenzando, los aprendices deben ubicarse en básico; ya cuando van cogiendo la temática de la clase, mejorando su coordinación y aprovechando todo el espacio, pasan a intermedio; por último, los asistentes encuentran el nivel avanzado en el que realizamos cambios de dirección, hacemos unos giros y se le da más complejidad a la rutina. De todas formas, en cada uno de los niveles también van manejando diferentes resistencias, distintos pesos en cuanto a las series de ejercicios de fortalecimiento, y la idea es que cada uno trabaje a su ritmo y gusto, que no digan: ‘esa clase estuvo muy básica y me aburrí’ o que el novato quede perdido toda la sesión porque no puede hacer nada”, explica la profesora Pulido y agrega que su servicio también incluye asesorías de nutrición en las cuales mira con cada persona si quiere subir, bajar o mantener su peso, para poder sacarle provecho a los entrenamientos.

En cuanto a la representación de la Universidad en competencias externas, las funcionarias han sido campeonas durante seis años consecutivos en la categoría de aeróbicos, en un torneo organizado a mitad de año por el Grupo Deportivo Universitario Los Cerros. “Vamos a ver si en el 2013 vuelven a destacar a quienes ocupen los primeros lugares porque desde el año pasado dijeron que todos los participantes eran ganadores y esa parte no gustó mucho en mi grupo”, comenta Yolanda Pulido y aclara que a nivel de estudiantes, tanto en Colombia como en el extranjero, no hay tales espacios para medir las habilidades de los jóvenes exponentes de esta actividad deportiva y, en su lugar, son más frecuentes las prácticas libres enfocadas al cuidado de la salud.

Una docente motivadora 

De Yolanda Pulido Almeciga las estudiantes destacan varios rasgos, entre ellos, la alegría que transmite en cada jornada, su tranquilidad y, sobre todo, la manera de motivar a las personas para esforzarse un poco más en la realización de los ejercicios y cumplir las metas establecidas en las rutinas, pese al cansancio físico o a las barreras mentales. Por ejemplo, Lina Mejía, una estudiante de quinto semestre de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales, la define como una instructora que “nos incentiva para que nos esforcemos y desarrollemos los ejercicios completos porque, a veces, hacer abdominales durante diez minutos es complicado. En las coreografías también es difícil acordarse de cuál era el primer paso o el último, pero ella nos anima para lograr ese tipo de cosas”.

Por su parte, la entrenadora Pulido resalta su paciencia a la hora de enseñar, en la medida en que varios aprendices, de entrada, se ponen el rótulo de descoordinados o negados para la actividad física, pero ella transforma esas actitudes, demostrándoles que son capaces y ayudándolos a descubrir sus talentos.